Las aleaciones son mezclas homogéneas de dos o más elementos, donde al menos uno de ellos es un metal. Se crean para combinar las mejores propiedades de cada elemento, superando las limitaciones de los metales puros. Aunque los metales puros tienen una estructura cristalina uniforme, lo que les da propiedades predecibles, a menudo carecen de la fuerza, dureza o resistencia a la corrosión necesaria para aplicaciones industriales.
La principal razón para crear una aleación es mejorar las propiedades del metal base. Las aleaciones pueden ser más fuertes, más duras, más resistentes a la corrosión o tener mejores propiedades eléctricas que los metales de los que provienen. Por ejemplo, el bronce, una aleación de cobre y estaño, es mucho más duro y resistente que el cobre puro. Esto permitió su uso para herramientas y armas en la Edad del Bronce.
Otro ejemplo importante es el acero inoxidable. El hierro, aunque fuerte y abundante, se oxida fácilmente. Al alear el hierro con cromo y níquel, se forma una capa protectora de óxido de cromo que evita la corrosión. Esto hace que el acero inoxidable sea ideal para utensilios de cocina, instrumental médico y estructuras expuestas a la intemperie.
Las aleaciones se pueden clasificar en dos grandes categorías:
Aleaciones Ferrosas: Contienen hierro como su principal componente. El acero es la aleación ferrosa más importante, una mezcla de hierro y carbono. La adición de otros elementos como cromo, níquel, manganeso o vanadio crea diferentes tipos de acero con propiedades específicas, como el acero de alta resistencia o el acero para herramientas.
Aleaciones No Ferrosas: No contienen hierro o lo contienen en cantidades mínimas. Estas aleaciones se valoran por su ligereza, resistencia a la corrosión y conductividad. El bronce y el latón son aleaciones de cobre; las aleaciones de aluminio son cruciales en la industria aeroespacial por su baja densidad; y las aleaciones de titanio son apreciadas en la medicina y la aviación por su alta relación resistencia-peso.
En resumen, las aleaciones son el resultado de la ingeniería de materiales que permite crear materiales superiores, diseñados para satisfacer las exigentes demandas de la tecnología moderna. La capacidad de mezclar y manipular metales es lo que ha impulsado gran parte del progreso industrial y tecnológico a lo largo de la historia.