Conocido comúnmente como magnesia, este óxido se produce a partir de la calcinación de carbonato de magnesio o dolomita y ha sido empleado desde la antigüedad, inicialmente como pigmento y material refractario. Durante el siglo XIX se reconoció su importancia industrial, y en el siglo XX se consolidó su uso masivo en cemento, ladrillos refractarios y productos cerámicos de alta resistencia térmica.
En estado puro, el MgO se presenta como un sólido blanco lechoso de dureza media, aunque rara vez se utiliza sin combinar con otros óxidos. Posee excelentes propiedades mecánicas y térmicas, destacando por su dureza, tenacidad y elevada resistencia al calor. Estas características lo convierten en un material refractario por excelencia, capaz de mantener su integridad estructural incluso a temperaturas cercanas a su punto de fusión.
La magnesia es químicamente inerte bajo condiciones normales y solo reacciona de forma apreciable con ácidos potentes y reductores cuando se somete a temperaturas muy altas. Su estabilidad hace que sea un componente esencial en materiales estructurales y cerámicos avanzados.
El óxido de magnesio desempeña un papel fundamental en diversas industrias. Su principal aplicación es la fabricación de piezas refractarias utilizadas en hornos de alta temperatura, como los empleados en la siderurgia y la producción de metales no ferrosos. En segundo lugar, se emplea como componente básico del cemento, especialmente del cemento Portland, donde contribuye a mejorar la resistencia mecánica y la estabilidad química del material endurecido.
Una tercera aplicación de gran relevancia es su uso como aditivo en la mayoría de vidrios comerciales, incluidos los vidrios de soda-lima y los borosilicatos, donde actúa como estabilizador y modificador estructural, mejorando la durabilidad y la resistencia al choque térmico.
Curiosamente, el mismo compuesto que forma parte de ladrillos refractarios y cementos industriales se emplea en medicina bajo el mismo nombre, magnesia, para el tratamiento de trastornos digestivos, aunque en dosis mucho menores y en presentaciones purificadas.
El MgO sigue siendo un material estratégico por su combinación única de resistencia térmica, estabilidad química y versatilidad industrial. Su papel como material refractario, aditivo en vidrio y componente esencial en cementos asegura su presencia en sectores tan diversos como la construcción, la metalurgia, la ingeniería química y la medicina.