El diboruro de titanio (TiB₂) es un material cerámico de gran relevancia que ha capturado la atención de científicos e ingenieros desde mediados del siglo XX. Su desarrollo comenzó con los avances en química inorgánica y ciencia de materiales, cuando se buscaban compuestos que superaran las limitaciones de los metales y cerámicas tradicionales. Las primeras síntesis controladas de TiB₂ datan de la década de 1950, época en que la creciente demanda de materiales resistentes al calor y al desgaste impulsó la investigación en compuestos de boruros. Desde entonces, el estudio del diboruro de titanio se ha intensificado gracias a su combinación única de propiedades físicas y químicas, que lo posicionan como uno de los materiales más prometedores para aplicaciones de alto rendimiento. Con el desarrollo de nuevas técnicas de producción, como la sinterización avanzada y la deposición física de vapor, TiB₂ pasó de ser un material experimental a convertirse en un pilar de industrias que requieren rendimiento extremo, como la aeroespacial, la automotriz y la de herramientas de corte.
El diboruro de titanio es conocido por su excepcional dureza, que lo sitúa entre los materiales más resistentes disponibles, solo superado por algunos compuestos ultraduros como el diamante y el nitruro de boro cúbico. Su estructura cristalina hexagonal, altamente ordenada, le confiere una densidad cercana a los 4,5 g/cm³ y una resistencia sobresaliente a la abrasión. TiB₂ presenta también una estabilidad química notable, manteniendo su integridad incluso en entornos agresivos y a temperaturas superiores a los 1000 °C. Además de su resistencia térmica, el material posee una alta conductividad eléctrica y térmica, lo que lo diferencia de muchas otras cerámicas que suelen ser aislantes. Esta combinación de propiedades lo hace ideal para aplicaciones que requieren no solo dureza, sino también capacidad de disipar calor y soportar cargas mecánicas extremas. Su coeficiente de fricción relativamente bajo contribuye a su durabilidad, mientras que su resistencia a la corrosión frente a metales fundidos amplía sus posibilidades de uso en industrias pesadas.
Las aplicaciones del diboruro de titanio abarcan un amplio rango de sectores debido a su rendimiento sobresaliente. En la industria metalúrgica, se emplea como revestimiento protector para componentes expuestos a metales fundidos, ya que su resistencia química minimiza el desgaste y prolonga la vida útil de equipos como crisoles y electrodos. Su dureza extrema lo convierte en una elección clave para la fabricación de herramientas de corte y mecanizado, donde la precisión y durabilidad son fundamentales. En el sector aeroespacial, TiB₂ se utiliza para proteger componentes estructurales y superficies expuestas a condiciones extremas de temperatura y fricción. Asimismo, su conductividad eléctrica lo hace atractivo para la producción de cátodos en procesos de electrólisis de aluminio, una industria que demanda materiales con alta estabilidad y bajo consumo energético. El desarrollo de recubrimientos avanzados de TiB₂ también ha abierto oportunidades en electrónica, ingeniería de superficies y sistemas de defensa, donde la combinación de ligereza, resistencia y durabilidad es esencial. La constante investigación sobre este compuesto sigue revelando nuevas formas de optimizar su procesamiento y ampliar su aplicación en tecnologías emergentes, lo que asegura que el diboruro de titanio mantenga su relevancia en el futuro de la ciencia de materiales.