Conocido popularmente en España como “Widia”, término derivado del alemán wie Diamant (“como el diamante”), el carburo de wolframio comenzó a producirse industrialmente en la primera mitad del siglo XX, y ya antes de la década de 1950 había encontrado numerosas aplicaciones. A diferencia de otros carburos que se emplean únicamente como aditivos en aceros rápidos, el WC se utiliza tanto en estado sinterizado casi puro como combinado con matrices metálicas, principalmente de cobalto o níquel, para formar materiales compuestos tipo cermet.
En su estado primario, el carburo de wolframio es un polvo grisáceo, químicamente inerte y quebradizo, obtenido mediante la reacción del wolframio metálico o su trióxido (WO₃) con carbono de alta pureza bajo atmósfera inerte. Es prácticamente inmune a los reactivos convencionales y solo puede ser atacado lentamente por una mezcla ácida de fluorhídrico y nítrico en proporción 1:1.
El WC sinterizado con cobalto genera el denominado “metal duro” o carburo cementado, un cermet que combina una dureza extrema con la tenacidad necesaria para herramientas de corte y abrasión. La proporción de cobalto es crítica, ya que un exceso reduce la dureza y un defecto aumenta la fragilidad. Cuando se sinteriza con níquel, el material resultante se emplea como blindaje contra radiación nuclear, al bloquear neutrones rápidos, rayos gamma y partículas alfa y beta, sustituyendo al plomo por sus mejores propiedades mecánicas y ausencia de toxicidad.
Este carburo posee un módulo de Young aproximadamente tres veces mayor que el del acero común y una resistencia a la compresión que ningún otro material accesible al público puede superar. Su estructura es prácticamente imposible de deformar plásticamente y mantiene estabilidad incluso a altas temperaturas.
El carburo de wolframio constituye la referencia para herramientas de corte, perforación, extrusión y abrasión, siendo habitual en brocas, fresas, cuchillas y componentes sometidos a desgaste extremo. En la industria armamentística se utiliza en proyectiles de alta penetración capaces de atravesar blindajes donde el plomo resulta ineficaz. En joyería, su superficie lisa, su tonalidad gris metálica y su resistencia al rayado lo han convertido en un material de creciente popularidad para anillos y accesorios de alta gama.
El WC también es un elemento clave en la fabricación de aceros rápidos (HSS) aleados con wolframio, aunque este uso ha disminuido frente a aceros reforzados con vanadio, cromo o molibdeno por razones de coste. En herramientas fabricadas íntegramente en WC sinterizado la durabilidad y resistencia a la oxidación son excelentes, aunque requieren protección frente a golpes bruscos debido a su relativa fragilidad.
Es importante distinguir entre aceros rápidos con contenidos de wolframio variables (del 1 % al 20 %) y herramientas fabricadas con verdadero carburo de wolframio sinterizado. Además, conviene no confundir este compuesto con carburos alternativos más frágiles, como el carburo de titanio (TiC), ni con recubrimientos superficiales de nitruro de titanio (TiN), que únicamente aportan un acabado dorado sin alcanzar la dureza y durabilidad del WC.
El carburo de wolframio sigue considerándose un “supermaterial”. Ni nitruros ni boruros metálicos, ni carburos más exóticos como los de tántalo, niobio o hafnio, han superado de forma integral la combinación de dureza, estabilidad térmica, resistencia química y versatilidad tecnológica que ofrece este compuesto. Su reputación permanece intacta tanto en la industria como en aplicaciones avanzadas y de consumo especializado.