Las aleaciones del Cobre son tan famosas como el metal en estado puro, y es justo decir que se usan tanto como éste actualmente, es decir, casi la mitad del Cobre se usa puro mientras que la otra se usa como base de aleaciones.
El Bronce es la aleación más importante y de mayor calidad en la que el Cobre es el metal base, no sólo (como erróneamente se ha dicho) por su peso histórico y cultural, si no porque efectivamente, tiene mejores propiedades mecánicas y químicas que la enorme mayoría de Latones. Solamente las combinaciones Cobre-Níquel superan a los Bronces en ambos aspectos, pero éstas aleaciones se pueden considerar tanto de Cobre como de Níquel en el sentido de cuál de los dos actúa de base, mientras que en el Bronce y el Latón el Cobre es protagonista indiscutible.
El Cobre es un metal blando, dúctil y maleable que se considera demasiado “flojo” para su uso en estado puro, ergo se lleva aleando desde hace milenios para conseguir mayor tenacidad.
No se sabe cuando ni donde exactamente se produjeron las primeras piezas de Bronce, o cómo se llegó tan pronto a la conclusión (hablamos de milenios antes de Cristo) de que ligando el Cobre fundido con Estaño se obtenía un nuevo metal (aleación en realidad) que era más fuerte que cada metal por separado, a tal punto que el Estaño, tras ser identificado como responsable del aumento de las buenas propiedades del Bronce fue perseguido (literalmente) y fomentó, entre otras cosas, la expansión romana por el Noroeste de Europa en la entonces llamada “Albion” que hoy conocemos como la Isla de Gran Bretaña, compuesta históricamente por Inglaterra, País de Gales, Cornualles y Escocia. Aunque no hay un consenso unánime, se podría decir que el propio nombre de la isla, “Albion” puede hacer alusión al Estaño, albus es blanco, ergo “metal blanco”, teniendo en cuenta que el Estaño es mucho más importante históricamente en las Islas Británicas que la Plata puede ser el motivo de tal bautizo.
La región de Cornualles, para ser más específicos, es la que tradicionalmente se considera más ligada no sólo a la explotación minera si no al trabajo excelso de herrería (paradójicamente, en un tiempo donde el Acero se usaba más bien poco). Los romanos tenían Cobre, pero para el Bronce, necesitaban Estaño, ergo es entendible que colonizaran Britania, justo como los descendientes de aquellos que fueron colonizados se convertirían, como los españoles y franceses, en futuros conquistadores, África para Inglaterra y Francia, América para los españoles y portugueses (inicialmente). Incluso a día de hoy, los ingleses han sido lo suficientemente listos (aprendieron de los mejores conquistadores de todos los tiempos, los romanos) para mantener un suministro virtualmente inagotable de recursos minerales provenientes del cuerno de África.
El Bronce no es muy popular en Estados Unidos porque el Estaño en éste país es relativamente escaso, mientras que el Zinc es muy abundante, ergo se entiende porqué el “Brass” (Latón en inglés) sea mucho más conocido que el Bronze (Bronce), a tal punto que el “Bronze” se asocia más con la elaboración de estatuas y piezas ornamentales, o directamente se refieren a el como “Red Brass” (Latón rojo).
El Latón es la segunda aleación más importante del Cobre (en algunos países, como Estados Unidos, es la principal). Reemplaza el Estaño con contenido típico de 10-12% y un máximo de 22% en masa por hasta un 45% de Zinc en masa en el caso de los Latones. Éstos son más atractivos estéticamente ya que presentan un color dorado que recuerda al del Oro, además de tener muy buenas propiedades mecánicas. El Estaño es más caro que el Zinc y por ende sólo se usa en aleaciones especiales. Actualmente las aleaciones con base de Cobre pueden contener partes iguales de ambos metales (ejemplo: 5% Estaño, 5% Zinc) por lo que entran en ambas categorías y dado que no existe un consenso establecido para hacer una norma “estándar” que estipule qué es Bronce y qué es Latón se usan ambos términos de forma intercambiable, aunque lo más correcto es decir que el Bronce es toda aleación donde el Estaño se encuentra en cantidades superiores al 5% de peso en masa y cuyo contenido es superior a cualquier otro aleante, sea el Zinc, o el Níquel y/o Manganeso. Todo lo demás entra en la categoría de “Latón”. Aunque el nombre parezca despectivo, no lo es, y se trata, como ya he dicho, de una buena aleación (que por cierto, es bastante cara en comparación al Acero y a los Aceros Inoxidables sin Níquel).
Una excepción para la regla no escrita de qué es Bronce y qué no son las aleaciones de Cobre-Aluminio, Cobre-Berilio y Cobre-Manganeso (que llevan poca cantidad de Estaño) y sin embargo reciben el nombre de Bronce al Aluminio (o Cuproaluminio), Bronce al Berilio (o Cobre al Berilio) y Bronce al Manganeso. Ninguna de las tres lleva cantidades lo suficientemente grandes de Níquel, Zinc o Estaño, por eso se mencionan los metales que actúan como el principal aleante. La aleación cúprica más importante que no entra en la categoría de Bronces ni Latones es el Cuproníquel, que tiene varios grados.