PLATA

Nombre: Plata

Símbolo: Ag

Grupo: 11

Período: 5

Bloque: d

Categoría: Metales de transición

Número atómico: 47

Masa atómica:  106,42 u

Electrones por capa: 2, 8, 18, 18, 1

Electronegatividad: 1,93

Densidad: 10,49 gr/cc

Punto de Fusión: 962ºC

Punto de Ebullición: 2162ºC

Conductividad Térmica: 430 W (m·K) 

Conductividad Eléctrica: 6,2 × 10^7  S/m 

Orden Magnético: Diamagnético

Estado Ordinario: Sólido

Estados de Oxidación: -2, -1, 1, 2, 3

Dureza Mohs: 2,5

Dureza Vickers: 251 MPa

Dureza Brinell: 25 MPa

Isótopos más estables: Ag-107 (51,839%), Ag-109 (48,161%)

Descubridor: Se conoce desde la Antigüedad


Breve historia del elemento y disputa 

La Plata es uno de esos metales que “cambia de nombre” de forma radical incluso dentro del mundo latino. El nombre romano (latino) del metal, que es el nombre oficial -aunque no se usa en la práctica- es Argentum, que procede muy probablemente del proto-griego “Argyros” o “Argyryos” significando “gris”, “blanco” o simplemente “radiante”. El nombre del metal en italiano es Argento, mientras que en portugués es Prata y en español, Plata. Estos dos últimos términos hacen referencia al uso del metal y no tienen nada que ver con el “Argentum” original. Dado que uno de los usos fundamentales de la Plata era la cubertería, es más que probable que ambos términos estén ligados a la pieza homónima, el plato de comer. Hay que destacar que la Plata, a diferencia del Acero y ciertos tipos de Bronce, se trabajaban en frío a través de un martilleado suave y espaciado llevado a cabo por un gran artesano que pese a trabajar en efecto, con un metal, se diferenciaba mucho del herrero típico. 

La profesión de platero es bien conocida en la literatura española y por ende forma parte de la herencia cultural de este país y de sus antiguas colonias americanas. El platero se distingue del herrero en que trabaja con metales más “blandos” o “fáciles” que el Hierro; teniendo bajo su espectro laboral no sólo muchos encargos de la propia Plata sino también del Oro y otros metales endebles como el Estaño, el Plomo y las aleaciones de Cobre especialmente maleables. El platero se distingue del herrero en que puede trabajar el metal “en frío” debido a la excelente maleabilidad del metal, sólo superada por el Oro y quizás (tema muy discutido) por el Platino. 

La Plata se considera uno de los tres primeros metales en ser trabajados por el hombre primitivo. Algunas fuentes lo citan como el segundo, mientras que otros como el tercero o incluso el cuarto, si se incluye al Plomo en esta lista, además de los propios “hermanos” de la Plata, el Cobre y el Oro. Dado que las evidencias no constatan una jerarquía definida en cuanto a fecha se refiere, se considera por varios hechos que la Plata sucedió al Cobre y al Oro en cuanto a su descubrimiento. Es un metal noble y precioso, a nivel histórico sólamente por detrás del Oro en lo tocante a la heráldica, el simbolismo, etcétera. Antes de la llegada de los europeos a las Américas se le tenía en mayor estima económicamente hablando en el mercado de metales y bienes materiales (junto a las gemas, perlas, Oro, maderas finas, sedas, etc) y su diferencia de precio con respecto al Oro no era tan brutal como hoy en día (récords de 81 x 1) debido a que era considerada escasa en el viejo continente, sin embargo fue hallada en grandes cantidades en todo el cono sur americano, tanto así que llegó a darle nombre en algunos casos a toda una nación, como en el caso de Argentina. Este país toma su nombre del elemento debido a que éste fue encontrado en abundancia cerca del Río de la Plata (que obviamente adquiere el nombre por este motivo). Curiosamente la Plata no es tan abundante en este país en comparación a otros de la periferia sudamericana como Perú, Chile, Bolivia, México entre otros. A día de hoy la Plata ha perdido mucho valor como inversión, probablemente por la razón previamente mentada y en segundo término por la popularidad de los metales del grupo del Platino, que la desbancan en este aspecto. Su precio, no obstante, se ha mantenido relativamente estable a lo largo del pasado siglo y no es extraña encontrarla en prácticamente cualquier joyería del mundo, más allá de las posibilidades del joyero. El Oro, por otra parte, es mucho más apreciado (cada vez más de hecho) y su valor se ve afectado debido a que las reservas mundiales son en extremo menores y están controladas por grupos más reducidos de élites que lo utilizan para mantener el equilibrio económico mundial, ni más ni menos, cosa que en el caso de la Plata ya es excepción. Aún con todo lo dicho, esta juega un papel pivotante en la economía de cualquier país y es el único metal de toda la tabla periódica (además del Oro, por supuesto) que siempre ha sido valorada por sus características superlativas en comparación al resto de metales, incluyendo a los del grupo del Platino, una mera “tendencia” que pretendo desbancar en este libro. El peso de la Plata a nivel histórico, económico y cultural sólo se ve superado por el del Oro, y junto a éste aparece frecuentemente en toda suerte de terrenos, desde los más arcaicos registros mitológicos, políticos, literarios, pseudo-científicos y científicos, etcétera. 


Descubrimiento y rol del metal

El descubrimiento de la Plata como elemento puro fue, justo como en el caso del Cobre y el Oro, un hecho “accidental”. El metal contrastaba entre los previamente mentados por su atractivo color blanco, el cual le da el nombre. A diferencia del Cobre, perdía su brillo con dificultad y era fácil de trabajar: su punto de fusión y maleabilidad es menor al del metal rojo, además, al ser más noble, permite un trabajado más paciente y detallado que éste último. Justo como en el caso del Oro, el cual se consideraba un regalo divino de los dioses (en más de una cultura), la Plata era asociada con un símbolo de status quo elevado, propio de las castas más importantes. De hecho, desde los orígenes del hombre primigéneo, éste se ha enfrentado a otras tribus y grupos sociales para robarla u obtenerla, debido a que tenerla elevaba el nivel social del individuo, además de usarse como medio económico primario, esto es; el intercambio primitivo de piezas de Plata más o menos pura por ganados, terrenos y porqué no decirlo (a estas alturas ya sabrá lo sincero que soy) para conseguir casamientos forzados y establecer así tratados de paz, alianzas militares y una larga cadena de uso y manejo de poder que nunca ha cesado. Tal es la importancia de la Plata en este aspecto que incluso a día de hoy en varios países del mundo (no sólamente en los de la periferia Sudamericana como se suele pensar) se usa el término “Plata” para referirse al dinero. El metal per se es inservible de cara al ser humano desde un punto de vista eminentemente biológico o incluso estructural: esto significa que usted puede vivir perfectamente sin Plata -como ser vivo- ya que ésta no se procesa en el cuerpo ni juega ningún papel imprescindible, a diferencia del Hierro, el Cobre o el Manganeso (otros metales de transición) sin embargo, sí es apreciada por su valor simbólico, religioso, espiritual y/o cultural. Literalmente hablando, la Plata es más famosa simplemente como concepto mismo que cualquier entidad del pasado, real o mitológica, ya que ha formado parte de la vida de todos los pueblos desde sus inicios hasta el día de hoy, y es parte fundamental de la historia de la Humanidad más por su carga puramente simbólica que como elemento desde un punto de vista químico o incluso, metalúrgico: más allá de la joyería, las aplicaciones de la Plata como metal son escasas, no porque sea inútil, al contrario, sino porque en el campo previamente citado encuentra su mayor uso, con diferencia. 

Una característica notable de la Plata, precisamente al hablar de joyería, es que siempre se usó en un grado de pureza muy superior al Oro o a las aleaciones de Cobre. Me explico: cuando usted compra “Oro” en una joyería, como mucho puede comprarlo de 22 kilates (frecuente en los llamados implantes dentales de Oro). Esto es aproximadamente un 92% de Oro real y un 8% de otro metal, ya sea Cobre, Plata, Zinc o una mixtura de estos o otros metales, el caso es el mismo. No obstante, la marcación más famosa es 18 kilates para Europa o lo que es lo mismo, 75% Oro puro, y 14 kilates en Estados Unidos, aproximadamente 50%. El kilate va bajando según la cantidad de segundos y/o terceros metales que se agreguen a la aleación para abaratar el coste y en muchos casos, porqué no decirlo, para estafar al cliente. Piense que todo lo que le estoy enseñando a través de mi libro ya lo saben de sobra algunos de los joyeros más experimentados de su propia ciudad y no es de extrañar que alguno le haga un “apaño” como se dice en España. Si bien este tipo de robos son más bien escasos en un país como este, en otros países del mundo son más que frecuentes, sobretodo si el joyero piensa que usted no va a darse cuenta. En cualquier caso, lo que intento decir es que con la Plata hay menos posibilidades de robo, ya que se suele vender en un grado de gran pureza (mínimo 90% Plata sólida) para poder ser legítima desde el punto de vista comercial. Honra decir que la Plata es muy resistente a la corrosión pero su principal acompañante el Cobre tiene gran afinidad por el Azufre y sus combinaciones por lo que aleaciones falsas de Plata se revelerán por sí mismas como estafas y son por ende, más fáciles de detectar. Otra forma de decirlo es que cuando usted compra Plata, es Plata lo que está comprando. En el caso de un Oro bajo de 9 o 10 kilates, considérese afortunado si la cantidad llega al 40% de Oro en masa; el resto es una liga de metales (frecuentemente Plata y Cobre aunque el Zinc es popular también), cosa curiosa, ya que pese a la escasez de Oro la pieza se seguirá llamando “de Oro” aunque éste sea el agregado y no el ingrediente principal de la aleación. 


Obtención

La Plata es uno de los pocos metales que aparecen nativos en la naturaleza y aunque es raro encontrar Plata “blanca” de gran pureza sin contaminar, es más que posible. Se le encuentra tanto pura como en aleaciones naturales con Oro y Cobre, ya sea con uno o con los dos a la vez (aleaciones nativas bimetálicas). En el pasado se extraía en su forma pura de sus propias minas o como sub-producto de la explotación del Cobre, el Níquel, el Oro y más frecuentemente, el Plomo porque era más reconocible a simple vista. Los minerales más estables termodinámicamente de la Plata son los sulfatos y los sulfuros por lo que se suele encontrar ligada al Azufre y muy raramente al Oxígeno (Óxidos de Plata son muy raros de encontrar en estado puro). En este aspecto se parece mucho al Cobre; ambos son metales chalcófilos que muestran una mayor afinidad por el Azufre que por el Oxígeno. En efecto, el papel arrollador del Oxígeno en metales base como el Hierro, Aluminio, Zinc, Alcalinos, etc, es apenas visible en la Plata, denotando así su resistencia química. Otra característica ventajosa de este metal es que incluso sus minerales son fáciles de reducir y purificar mediante la tostación tradicional de la mena en presencia de Carbono (también se puede usar el proceso de Termita aunque no es necesario y sí más caro). En Europa las minas de Plata están prácticamente agotadas salvo algunas excepciones, mientras que en Asia y en África es abundante, no obstante, como ya he mencionado previamente, sus mayores depósitos se encuentran en las Américas (particularmente Centro y Sudamérica).


Abundancia

La Plata es el metal precioso más accesible y posiblemente el más abundante de la corteza terrestre. Digo -posiblemente- porque cada año se abren nuevas minas de metales del grupo del Platino y aunque estos son más escasos debido a su tendencia a “hundirse” en el manto terrestre debido a su mayor densidad,  naturaleza siderófila y dispersión, la lógica dicta que en un futuro no muy lejano puedan ser rastreados con mayor facilidad y aislados con éxito, además, al ser algunos de ellos (Rutenio, Paladio y Rodio) más ligeros atómicamente, cabría de esperar que fuesen más abundantes, al menos en el caso del Rutenio y el Paladio, con números atómicos pares. El porqué de la abundancia aparente de la Plata es como ya expliqué en el caso del Cobre, se obtiene de forma más fácil y es mucho más popular, luego los metales de su mismo bloque (D) parecen en comparación “raros” o “escasos” y de hecho lo son, especialmente el Rodio.

Dado que la Plata se puede identificar con facilidad y se encuentra más concentrada se puede explotar más fácilmente. No está claro realmente qué país tiene la mayor reserva, se ha discutido entre México y Perú a lo largo de los siglos después de la llegada de los españoles. Algunas minas abiertas en aquel período, por increíble que parezca, siguen produciendo el metal blanco a día de hoy. No obstante, en cuanto a producción del metal en bruto se refiere, otros países como Australia o China, que en relación tamaño-cantidad son mucho menores a Perú o México, son grandes potencias en este aspecto. La Plata se comercializa como metal precioso en una pureza de 99,99% o superior y es uno de los cuatro metales con código ISO que forman parte de la bolsa de metales de Londres, en otras palabras, la Plata, como el Oro, tiene valor comercial por sí misma.


Características principales

Es un metal blanco radiante, muy suave y endeble, pesado (casi tanto como el Plomo), fácil de trabajar y resistente a la corrosión. Tiene una peculiaridad y es que dentro de los siete metales conocidos desde la antigüedad la Plata es el que menos “compatibilidad” tiene con el resto de metales, no solamente los de transición sino también algunos del bloque P. La Plata es el metal del grupo 11 que más resistencia opone a las posibles fusiones con otros metales de transición. Esto se debe probablemente a su bajo punto de fusión y/o radio atómico, atípico entre los metales de esta familia. Es por esto y otros factores que pese a su posición en la tabla periódica se asemeja más a un metal de post-transición que a uno de transición típico. La fusión con el Hierro, Cobalto y Níquel son extremadamente difíciles, sino imposibles por completo, lo mismo ocurre con los metales refractorios y la mayoría de los preciosos salvo notables excepciones como el Rodio y el Paladio, que son levemente solubles en Plata. Metales como el Iridio o el Platino muestran también cierta resistencia a la fusión con la Plata y sólo pueden agregarse en pequeños porcentajes, cabe destacar que ninguna de estas aleaciones tiene gran importancia a nivel industrial y sólo se han reseñado en algunos libros a modo de experimento, ninguno de ellos fructífero. 

En contraste a lo previamente dicho, la Plata forma soluciones eutéticas con el Cadmio, el Indio y el Estaño. La afinidad por el Mercurio es excelente, éste la disuelve a temperatura ambiente (formando las famosas amalgamas dentales) y también por el Galio. Las aleaciones con Cadmio e Indio son importantes en el sector nuclear debido a la alta tasa de absorción de neutrones de estos metales. El Plomo, el Talio y el Bismuto tienen poca o ninguna afinidad por la Plata pese a sus bajos puntos de fusiones y por tanto se conoce poco de dichas aleaciones. Esto es paradójico hasta cierto punto si se toma en cuenta que la Plata suele encontrarse como subproducto de la explotación del Plomo en su mena más importante, la Galena. 

Físicamente, la Plata posee varios récords como elemento químico. La tasa de conductividad eléctrica y térmica del metal (puro) es la más alta de entre todos los metales, y sólo el Diamante, asumiendo que lo pongamos como ejemplo de Carbono puro, conduce mejor el calor de forma elemental. Es importante tener esto en cuenta ya que aunque el Cobre suele ser asociado más con estas características, la Plata lo supera en este sentido (aunque la diferencia no es tan grave), de hecho, el uso de la Plata en algunos electrodomésticos de élite al alcance de muy pocos en el inicio de la era electrónica no era precisamente una rareza, incluso se ha llegado a decir que con ella se forjaron tendidos eléctricos, cosa que no me consta, sencillamente porque el precio del metal nunca llegó a ser lo suficientemente bajo como para ser usado en semejantes volúmenes. Otra característica notable de la Plata es que es el metal con la mayor reflectividad de todos (más que el Aluminio), no obstante, rara vez se usa si este está disponible y sólo se usa en aplicaciones donde su uso sea indispensable. 


Resistencia a la corrosión

La Plata es un metal precioso (no “semiprecioso” como algunas fuentes citan – es un insulto gravísimo al intelecto colectivo científico) y noble, el tercero detrás del Platino en este aspecto y el segundo, sólo detrás del Oro, en su peso simbólico en la heráldica, facilidad de trabajo, reciclaje y popularidad en el mundo de la joyería. 

En estado natural no se oxida ni forma capas pasivas superficialmente como se ha sugerido erróneamente incluso en páginas de la talla de Wikipedia, en cambio sí reacciona con el ion Azufre, pero no con el Azufre puro en condiciones favorables (algo curioso desde mi punto de vista) amén a la presencia de humedad y/o temperaturas que habiliten la reacción. La Plata reacciona fácilmente con las combinaciones de este elemento, no obstante es insoluble en el Ácido Sulfúrico diluido (poco concentrado, este ácido actúa como un reductor), pero sí en presencia del ácido concentrado. Los ácidos oxidantes la “devoran” con violencia, específicamente el Nítrico (se puede usar para formar el famoso Nitrato de Plata – usado en fotografía) o el Fosfórico, Carbúrico, Tartárico, Permanganato, etcétera. No la atacan (aunque pueden “mancharla”) los ácidos reductores (ej: Clorhídrico) aunque el Fluorhídrico es capaz de hacerle mucho daño. Curiosamente, la Plata es insoluble en Agua Regia. No es, obviamente, porque sea superior al Oro, sino porque la combinación del Ácido Clorhídrico añadido al Nítrico inhabilita al segundo para disolverla. En general, la Plata se parece más a los metales del bloque P de la tabla periódica (Estaño, Plomo) aunque es químicamente más noble que éstos últimos. 

La Plata se ennegrece con el paso del tiempo, sobretodo cuando hablamos de Plata como metal para fabricar joyas. Esto se debe no solamente al Azufre y sus combinaciones sino también a los propios ácidos de la piel que facilitan la absorción del ion S por parte de las prendas y en otras ocasiones (más raramente) debido a la exposición del metal al Ozono (Oxígeno triatómico). Honra aclarar que la reactividad de la pieza aumenta conforme se disminuye la pureza de la Plata. El Cobre, con diferencia el acompañante más frecuente de la Plata en estos ámbitos, es responsable en parte de la contaminación de la joya, ya que a diferencia de la Plata, es mucho más reactivo. Este problema subyace desde el momento en el que la joya es creada, ni más ni menos, debido a la formación del Óxido de Cobre (CuO) durante la soldadura de partes pequeñas. En inglés, este fenómeno se llama firescaling. Es aberrado y se intenta disimular con un baño de Plata superficial sobre las zonas donde más se acuse su presencia. 

Otro detalle importante a tener en cuenta es que, si bien la Plata es más difícil de contaminar que el Cobre, también es más difícil de limpiar. Cuando el Cobre se sulfata u oxida, basta con zumo de limón (que contiene ácido cítrico) para eliminar la capa “indeseada” que se ha formado sobre su superficie, mientras que en el caso de la Plata debemos acudir a soluciones químicas bastante más agresivas, ya que el sulfato que forma (AgS2) es extremadamente estable y resistente a los disolventes típicos para limpiar metales. Más adelante detallaré un procedimiento sencillo para limpiar Plata (sin importar su pureza). 


Aplicaciones generales

El principal consumidor del metal con magna diferencia es la joyería y en un menor grado, la alta bisutería. El precio actual de la Plata en comparación a siglos pasados es muy pequeño por lo que se ha vuelto muy accesible para todo tipo de público. Se considera a la Plata una alternativa para el Oro en aquellas personas que por cuestiones económicas y más raramente por alergias, no pueden permitirse el Oro. Esto es algo que me molesta profundamente, ya que hace disminuir el valor simbólico de la Plata en beneficio del Oro. Se ha llegado a decir que la Plata es “el Oro de los pobres” o cosas por el estilo. Esto es una necedad. La Plata es Plata por sí misma, no una versión mala de otro metal. Su historia y trayectoria le honra en muchos ámbitos científicos y pseudo-científicos, culturales y religiosos desde hace milenios, como he dicho repetidamente. 

El hecho de que la Plata sea tan popular en su uso como metal de joyería se debe a su lustre y facilidad de trabajo. Es, junto al Oro (y quizás el Platino) uno de los pocos metales que pueden trabajarse en frío, o lo que es lo mismo, a temperatura ambiente. Esto significa que no es necesario aplicar calor para darle forma. Debido a la excelente maleabilidad y ductilidad del metal, se pueden crear piezas de gran acabado con el. De hecho, la Plata es un “intermediario” en la escuela de artesanos que algún día aspiran a trabajar con el Oro en el gremio de joyeros y/o plateros. 

Quitando el sector de la joyería, la Plata se usa como material para fabricar utensilios relativos a la alimentación, todos ellos muy finos y de elevado caché. Platos, bandejas, tenedores, cucharas, soperas, tazas, etcétera. Las aplicaciones en este sector son amplísimas en restaurantes de lujo pero cada vez se ve menos en una casa típica moderna, sobretodo por temas de dinero. De hecho, la famosa “Plata alemana” (aleación de Cobre, Níquel y Zinc) fue creada para simular la apariencia de la Plata. Algunas de estas aleaciones son realmente buenas imitándola, y no han sido pocos los casos en los que se han cometido delitos de falsificación respecto al metal. 

Explotando sus propiedades termoeléctricas, se utiliza en aplicaciones de élite. Es mejor conductor que el Cobre y encima, más resistente a la corrosión. 

También se utiliza desde hace siglos para la fabricación de espejos. 

Hasta hace no mucho se utilizó para fabricar monedas. Actualmente ningún país del mundo opera con monedas de Plata, ya que se utilizan las de Níquel, Cuproníquel y Acero bañado en Níquel para reemplazar la Plata. 

En la industria nuclear se utiliza una aleación de Plata con Indio y Cadmio para fabricar barras de control. Estos dispositivos que son como su nombre indica, cilindros metálicos que se disponen en forma “defensiva” a lo largo de un reactor explotan la capacidad de estos tres metales para “absorber” neutrones rápidos (producto de la fusión/fisión del reactor), evitando así contaminar a los trabajadores locales. La Plata, como el Boro o el Titanio, es uno de esos elementos que son fáciles de alterar a nivel nuclear si se les bombardea con neutrones.


La Plata como metal de inversión

A pesar de que actualmente está muy por debajo del Oro en cuanto a su valía, la Plata es un metal de inversión tan importante como el Oro. Esto es importante de tener en cuenta ya que recientemente se ha incrementado el mercado de metales del grupo del Platino y su precio se ha disparado. El Rodio, el Rutenio, el Paladio, el Iridio y el Osmio son todos más caros que la Plata, dicho lo cual no recomiendo a nadie invertir en ninguno de esos metales, salvo quizás, y digo -quizás- el Platino. El colosal precio de estos metales es muy volátil e inestable; es una inversión que puede salir bien o mal. A diferencia del Oro y la Plata, sus precios suben y bajan vertiginosamente, por lo que hay que tener cuidado. Si tienes objetos de Plata y te ves en un apuro, no desesperes y consulta previamente con alguien de tu confianza antes de venderlos. 

A la pregunta de: ¿debería invertir en Plata? Mi respuesta es: si no puedes invertir en Oro, hazlo con la Plata. No es que te vayas a hacer rico revendiéndola, pero al menos es un dinero que se queda contigo. Mañana mismo la moneda de tu país podría dejar de valer nada en absoluto (la historia demuestra que ya ha pasado y podría repetirse), éste metal siempre será apreciado, no importa el año o el país. En cualquier caso consulta con un experto que te sea de confianza (que sepas que no te va a embaucar) y sólo entonces toma la decisión tras haberlo meditado el tiempo suficiente.

El problema con la Plata es que, al no tener el mismo valor del Oro (no lo tendría ni siendo el Oro más abundante que ella) tampoco resulta sabio poner demasiado dinero en ella, más allá de que sea un bien material. Todo depende del momento y el lugar, recuerda que existen muchos especuladores que engañan a la gente que no se informa adecuadamente. 


Papel simbólico del elemento en la cultura y folklore

La Plata es, quitando al Oro y al Hierro, el metal con más peso cultural y religioso en todo el mundo, sin importar el lugar o el momento. Si el Oro es asociado con el Sol, el principio activo y el sexo masculino, la Plata es asociada con la Luna, el principio pasivo y el sexo femenino (algo similar ocurre entre el Hierro y el Cobre). En astrología corresponde al signo de Cáncer, y se considera el segundo metal en importancia detrás del Oro bajo la perspectiva de un alquimista. Para obtenerla se acudía al “método frío” o “vía húmeda”; esto es, aunque a día de hoy parezca una estupidez, el objetivo de convertir metales “inferiores” como el Plomo y el Cobre en Plata y/o Oro dependiendo del procedimiento llevado a cabo. 

La Plata es un elemento recurrente en la literatura y fuera de ella, no solamente en la prosa y poesía, si no también de forma oral: “pelo de Plata” hace alusión a las canas, “color de la Luna”, “bella y blanca”, et cétera, son frases que se repiten. La Plata se usa, como el mármol, para hacer alusión al color blanco, “albo”, que representa en sí mismo muchos atributos positivos: la virginidad, pureza emocional, la inocencia, la belleza femenina, divinidad (en asociación a los dioses), y un largo “et cétera” presente en todas las culturas habidas y por haber, desde los fríos fiordos Noruegos hasta el cuerno de África. 

Es innegable, por ende, que en el folklore universal es extremadamente popular. Digo -universal- ya que no sólo en Europa se le tiene estima, sino también en África, la India y Asia, Australia, Oceanía y por supuesto en las Américas. Así fue ayer, es hoy y será mañana.

En la América precolombina se le tenía en gran consideración y era usada como base para engarzar toda clase de gemas. Las antigüas civilizaciones de la periferia oeste o “proto-europea” como la Egipcia, la Griega y la Romana también tenían gran estima por la Plata. Se asocia a la Plata con diversos ritos, todos ellos como metal típicamente benigno, relacionado directamente con la llamada “magia blanca” (en ningún caso negativo a menos que se use para financiar un crimen como por ejemplo las famosas treinta monedas pagadas a Judas en cuyo caso tiene un rol puramente materialista). El hecho de que la Plata retenga su color blanco durante años sin apenas mantenimiento se interpreta como un símbolo de pureza y limpieza no sólo espiritual sino corporal; beber en recipientes de Plata se consideraba beneficioso para la salud y el metal en bruto se utilizaba para combatir a toda clase de demonios en diversas culturas. Desde balas de Plata para matar vampiros, pasando por crucifijos, anillos y demás instrumentos para repeler al demonio, éste metal se creía particularmente eficaz para estos y otras criaturas de similar naturaleza. Quizás el uso “anti-vampírico” sea la aplicación más popular de este metal no sólo en la industria cinematográfica que tiene apenas más de un siglo de historia sino desde los tiempos más remotos, en literatura, para evadir las pestes (plagas), enfermedades, úlceras, mal de ojo (en compañía con el azabache), etc. El caché del Oro es mayor al de la Plata, no cabe dudas, pero el potencial “mágico” de ésta última es más que evidente. Todo depende de las creencias que tengas o desees abrazar. Para mí sólo es un metal y poco más, pero me parecía justo recordar y enumerar brevemente el legado del elemento de cara al ser humano.