ALEACIONES DE ZINC: ZAMAK
La Zamak es la familia de aleaciones con base de cinc más importantes. Son baratas, fáciles de fabricar/moldear y respetuosas con el medioambiente. Aunque el nombre es de origen germánico, fue desarrollada en Estados Unidos por la Compañía del Zinc de New Jersey en 1929. Aún a día de hoy la fórmula inicial no ha variado mucho, y se utiliza ampliamente. Es una aleación barata, fácilmente reciclable y polivalente.
Características generales
El nombre le viene de la composición química. Z para Cinc, A para Aluminio, Ma para Magnesio y K para Cobre (en alemán: Kupfer) debido a que estos son los tres aleantes principales de la aleación.
Aunque el producto es Norteamericano (la compañía lo es, y la aleación fue desarrollada allá) los inventores eran, o germanos, o descendientes directos de germanos. No olvidemos que Estados Unidos, como el resto de naciones del Nuevo Continente, se compone principalmente de inmigrantes, a pesar de lo cual me sigue pareciendo curioso el nombre, si bien no debería sorprenderme: el conocimiento de los alemanes, como en el caso de los ingleses y nórdicos (escandinavos), sobre metalurgia es de los más amplios del mundo, no en balde han sido los mayores contribuyentes a ésta rama de la ciencia de los materiales, incluso a día de hoy.
Dejando de lado las nacionalidades (aunque es importante acreditar a cada quien si queremos que nos respeten luego a nosotros), continuaré diciendo que no existe un sólo grado de Zamak, sino que hay varias modificaciones, si bien la cantidad de Aluminio es constante (4%). Son aleaciones plásticas en caliente y por ende, fácilmente deformables: se moldean con facilidad (similar al Estaño y Plomo puros o sus combinaciones), por lo que se pueden estampar piezas de gran calidad con relativa facilidad. La composoción química del Zamak no ha variado mucho hasta nuestros días, ya que es la que muestra las propiedades idóneas: más cantidad de aleantes serían perjudiciales en la medida en la que un porcentaje inferior al mínimo requerido no da el mismo resultado, es por esto que se puede decir que el Zamak, al menos hasta nuestros días, es la cumbre de las aleaciones donde el Zinc forma la base, siendo que casi siempre es el aleante principal.
Usos del Zamak
Si alguna vez has jugado con cochecitos de juguete de precio “asequible” como los Hot Wheels, tengo buenas noticias para tí: son de Zamak. Fue el primer ejemplo que se me vino a la mente, como si recordara mi infancia. Algo similar ocurre con las maquetas no sólo de coches, si no de motos, tanques, et cétera que no son juguetes propiamente dichos si no modelos de coleccionables, o mejor dicho miniaturas de alta fidelidad que imitan en un volumen reducido el aspecto real del vehículo en cuestión de la vida real.
Tiene muchos más usos, pero ninguno en concreto a tal punto que pudiera decirte: “se usa principalmente para esto”: el Zamak es la primera opción ante la necesidad de crear un objeto metálico fácil de moldear en caliente mediante presión: a diferencia del Peltre, es más duro (y lamentablemente, frágil) lo cual permite producir piezas más elaboradas que con el caso del Estaño, o el Estaño/Plomo, que suelen tener un aspecto más “rústico”. El Zamak se usa para hacer chapas, botones, zippers (no confundir con la marca de mecheros/encendedores “Zippo”), clips, presillas (grapadoras), partes de automóviles (excluyendo el chasis y la carrocería), partes de armas, entre otros.
Tiene una resistencia a la corrosión buena, (más que buena en comparación al Acero común) por lo que no necesita tratamientos costosos ni un mantenimiento frecuente o intensivo.
Antes dije, “son seguras”. Con ésto me refiero al hecho de que el Zamak, a diferencia de cómo ocurre con las aleaciones de “white” o “pot” metal con alto contenido en Plomo (como el Babbit usado para rodamientos) no es tóxico y por ende se prefiere a las combinaciones de metales “pesados”, siendo que el Plomo es el más famoso, no es el único: el Cadmio y el Mercurio (curiosamente ambos pertenecen al grupo del Zinc, el 12) también son venenosos, y en mucha menor medida el Bismuto y Antimonio. Ni el Zinc ni sus combinaciones son tóxicas y por ende no representan peligro alguno. Además, se reciclan con facilidad.