Aleaciones Platino – Iridio
Son las aleaciones más duras, densas y finas. Se utilizan en la joyería de élite. Ningún otro metal, con la excepción quizás del rodio (aleado), supera en coste a esta familia de aleaciones. Su forja es complicada: si el Platino por sí mismo ya es un metal difícil de trabajar, la adición de iridio lo hace aún más difícil de modelar. Nueve de cada diez anillos de platinos hechos con esta combinación se producen en altos hornos especializados. No importa en qué país o continente, esta combinación de metales son difíciles de encontrar en joyería artesanal.
Platino 95%, Iridio 5%
De color blanco perfecto inmaculado, radiante incluso después del paso de las décadas, químicamente inerte, símbolo de un status social muy elevado, la nobleza hecha metal.
Es la aleación más fina (y cara) de platino, probablemente la más comercializada, no obstante, rara vez se encuentra en joyería artesanal debido a su gran dureza y la dificultad con la que se trabaja. Es la más utilizada en la producción en masa. Su pureza se expresa en milésimas (tal como sucede con la plata): es platino de 950 milésimas. La adición de iridio incrementa su dureza (resistencia a los arañazos – desgaste) y también su tenacidad. Por encima del 5% de iridio en masa, la aleación es demasiado dura como para poder trabajarse a mano, incluso en caliente.
Hasta los joyeros que trabajan con platino prefieren otras aleaciones en lugar a ésta, debido a que el iridio es demasiado caro, duro y frágil. Esta aleación se puede modificar (agrandar o achicar) según convenga, pero el proceso es delicado, y muy laborioso. Es muy caro. Alianzas de apenas 3 mm de ancho superan los dos mil euros con facilidad.
Platino 90%, Iridio 10%
La pesadilla de cualquier joyero; es la aleación más densa, y probablemente la más dura entre todas las aleaciones de platino. Aunque más dúctil que el acero, demasiado rígida como para modelarse incluso a altas temperaturas (recordar impera que el iridio eleva la resistencia al calor). Se utiliza mayoritariamente para forjar alianzas producidas en masa.
Miscelánea
El estándar de kilogramo universal es una pieza que se puede observar en un Museo de París con esta composición química. Se escogió debido a su incomparable resistencia a la corrosión.
Aleaciones Platino – Rutenio
Platino 90%, Rutenio 10% y Platino 95%, Rutenio 5%
Ambas aleaciones son parecidas. El rutenio es un metal del grupo del platino, muy duro y quebradizo. Añadido al platino aumenta su rigidez y dureza. La diferencia de color con las aleaciones de iridio es inapreciable, son ligeramente menos densas y -teóricamente- más baratas, dentro de lo que cabe.
El rutenio es el metal del grupo del platino más barato, y en comparación al iridio, más fácil de obtener. Su punto de fusión es extremadamente alto (2334 Cº) y suele añadirse al platino en estado líquido – se produce una fusión química a través de la disolución del rutenio en la masa candente de platino. Son caras, y como todas las aleaciones de platino, muy resistentes a la corrosión.
Al igual que en el caso de las aleaciones Platino – Iridio, estas combinaciones son muy resistentes al desgaste, y químicamente muy inertes.
Aleaciones Platino – Cobalto
Platino 90%, Cobalto 10%
En comparación a las previamente descritas, es una aleación mucho más fácil de fabricar. Los joyeros que acepten encargos relativos al platino suelen usar cobalto (aunque la mayoría añaden también cobre). Tal como sucede en el caso del rutenio y el iridio, el cobalto actúa como endurecedor. Es un metal de la familia del hierro, con un punto de fusión mucho más “mundano” en comparación a los elevados puntos de fusión del rutenio y el iridio, fácilmente obtenible y barato. De hecho, es un metal base. En comparación a los metales iridio y rutenio, el cobalto es un metal marginal, no obstante, recordemos su papel en la aleación: aumentar la tenacidad y dureza del metal.
Para que nos entendamos, el cobalto es al platino lo que el cobre es al Oro: un endurecedor. El cobalto aumenta la tenacidad y dureza de la pieza para hacerla lo suficientemente resistente como para usarla a diario sin ningún tipo de desgaste aparente después de varias décadas. En la aleación Platino – Cobalto con relación 90:10 se puede apreciar un ligero ferromagnetismo (a pesar del poco contenido de cobalto). Es una aleación muy popular en Asia (especialmente en Japón) y en Europa Central. En Alemania es fácil encontrarla.
Aunque no es igual a la de la combinación Platino – Iridio, la resistencia a la corrosión es excelente. Como sacrificio pago al uso del cobalto en lugar del rutenio o el iridio, la aleación final es -ligeramente- menos brillante que las anteriores.
Platino 95%, Cobalto 5%
Esta aleación es fácil de trabajar en comparación a todas las previamente descritas, pero lacra de la dureza suficiente como para usarse a mayor escala. Es poco popular.
Platino 90% min, Cobalto 5-8%, Cobre 2%
La aleación más común en la joyería artesanal del platino con mucha diferencia. El contenido mínimo de Platino es del 90%, mientras que el del cobre se mantiene en el 2%, usándose para fomentar la maquinabilidad de la pieza. El cobalto puede usarse entre un 5 y un 8%, ajustando consecuentemente la cantidad de platino. Una buena combinación es Platino 95 partes, cobalto 3 partes, cobre 2 partes. La aleación retiene el color característico del platino puro, es moderadamente rígida y sin embargo lo suficientemente resistente como para usarse durante toda una vida sin apenas signos de desgaste. Es muy popular, especialmente en Alemania.
Aleaciones alternativas
Además de los metales previamente descritos, el platino puede alearse con rodio, paladio, plata, Oro, hierro, níquel, osmio, renio, wolframio y tantalio, sin embargo, estas aleaciones son poco usadas en joyería por varios factores.
Con el rodio se fabrican algunos grados de Platino, pero es muy caro, y los resultados buscados no son superiores a los conseguidos con Rutenio, un metal mucho más barato que el primero.
Con el paladio la aleación apenas aumenta su dureza, por lo que virtualmente no existe en joyería.
Con la plata se fabrica el llamado platino esterlino, aunque en realidad es plata con un pequeño porcentaje de platino, no una aleación de platino. Es difícil de fabricar, y no compensa la relación calidad – precio.
La aleación Platino – Oro no se utiliza en joyería porque aunque parezca extraño, el Oro “fragiliza” al platino y disminuye su dureza.
La aleación Platino – Hierro es fácil de fabricar y se parece mucho a la fabricada con cobalto, pero por alguna razón no es muy popular. Parece formar poros no deseados en la masa en el momento del fundido. Como todas las aleaciones de este tipo, presenta una estructura gamma (austenita). Es muy tenaz.
La aleación Platino – Níquel es muy dúctil y maleable, pero la dureza es muy pobre. No se usa, a menos que se busque aumentar la ductilidad de la aleación si se utiliza más de un 10% de iridio o rutenio, pero en estos casos se suele optar por el cobre.
La aleación Platino – Osmio es similar a la del Platino – Iridio, pero el Osmio es venenoso y produce vapores muy tóxicos cuando se trabaja con el. Se utiliza, pero no en joyería, sino en puntas de plumas, objetos metálicos sujetos al desgaste y temperaturas extremas, etc. La cantidad de osmio no suele exceder el 10%. Las aleaciones con Osmio son más rígidas, lo que se traduce en una pobre ductilidad/maleabilidad.
La aleación Platino – Renio es posible, pero apenas se utiliza.
Las aleaciones Platino – Wolframio y Platino – Tantalio son posibles, pero no se utilizan por varios factores. El wolframio, por ejemplo, lo vuelve demasiado rígido (se pierde ductilidad/maleabilidad). Ambos metales son muy reactivos, y sólo se usan en aplicaciones donde se requieran durezas extremas, no en el campo de la joyería del platino.
Platino vs Oro blanco
La historia del Platino y el Oro blanco van de la mano. Mucha gente los confunde, algunos piensan que el platino se llama “Oro blanco” debido a su parecido con el Oro en cuanto a precio, nobleza, etc. Nada que ver.
El Oro blanco se inventó como una alternativa más barata al Platino. Joyas que con el Platino serían imposibles de fabricar, son mucho más fáciles de producir con una aleación de Oro. El Oro y sus aleaciones son mucho más fáciles de trabajar que cualquier grado de platino, además, su punto de fusión es menor. Cualquier joyero es capaz de trabajar con Oro blanco, pero no todos pueden trabajar con el platino.
Desde la perspectiva de un joyero, el Oro blanco siempre será su elección por varias razones previamente descritas, pero en ningún caso el Oro blanco es superior al platino. De hecho, como ya he mencionado, surgió como una alternativa a este metal. Esto no significa, en ningún caso, que el Oro sea inferior al platino, sin embargo, cuando usted compra una joya de platino, es platino lo que compra. Cuando compra “Oro blanco” lo que en realidad compra es una aleación compleja de Oro con metales blanqueantes como el manganeso, el níquel, el zinc, el estaño, la plata etc. Con el paladio (metal de la misma familia que el platino) se consigue el Oro blanco de mejor calidad, pero no tiene el lustre que el platino. Por último, pero no menos importante, recuerde que cuando usted compra una joya de Oro blanco está comprando Oro “bañado” en rodio. El brillo que usted aprecia proviene del rodio, no del paladio ni del Oro propiamente dicho. El platino no requiere de ningún baño.
Mi consejo es que, si usted quiere un anillo de platino, se lo compre en detrimiento del fabricado con Oro blanco, aún si el precio es más alto.
Personalmente, nunca compraría un anillo de “Oro blanco”. Prefiero el color amarillo natural del Oro en sus grados de 18 y 14 kilates. Prefiero incluso la plata esterlina antes que el llamado “Oro blanco”.