ORO AMARILLO
El Oro, al ser tan blando y mecánicamente tolerante ante las pinzas, tenazas, martillos, et cétera, puede adoptar cualquier forma que se busque, con un gran detallado. El metal rara vez se usa en estado puro salvo cuando se usa para recubrimiento (baños de Oro).
Las aleaciones tradicionales de Oro se miden en quilates (expresados “k”) en el orden de 24 partes para el Oro puro siendo los grados más famosos el 22, 18, 14 y 10 o 9 dependiendo de la región. Según el % de Oro va disminuyendo también lo hace la calidad de la joya y por ende, su precio. Muy rara vez el contenido de Oro se expresa en %, ya que cuando no se usan los quilates para tasar la pureza se usan las milésimas (que es la medida usual de la Plata y el Platino).
Para saber las equivalencias basta con dividir entre 24 partes los quilates de la joya y luego multiplicar por 100, lo cual te dará el % de Oro puro.
Por ejemplo, para un anillo de 14k de Oro, tienes
14/24 = 0,5833
0,5833 × 100 = 58,33% de Oro puro en masa
Es fácil, ¿verdad?
Para determinar la cantidad específica de Oro que contiene una pieza (sea o no de joyería personal) multiplica el resultado de la división por el peso de la pieza directamente, en lugar de multiplicar por 100.
Por ejemplo, para un anillo de Oro de 18k que pese 12 gramos, tienes
18/24 = 0,75 ergo,
0,75 × 12 gramos = 9 gramos de Oro puro en masa
Creo que hasta un niño de pre-escolar podría hacerlo.
La aleación más alta de Oro que tiene un uso lo suficientemente importante como para ser destacable es la de 22k y su uso principal es la de implantes dentales o los “casquillos” que algunas personas gustan de poner en su dentadura incluso como forro de un diente sano por motivos puramente estéticos.
Las aleaciones más importantes de Oro para anillos, cadenas, pulseras, relojes, et cétera son de 18k para Europa y Sudamérica y 14k para Norteamérica. El Oro de 18k se llama “Oro alto” u “Oro de ley” y es el grado más alto que se suele usar ya que contiene cantidades suficientes de Cobre, Plata (y más recientemente, Zinc, Aluminio e incluso Titanio u otras rarezas) que incrementan su dureza. El % de Oro NO se rebaja para abaratar la joya, como muchas gentes piensan, si no porque el Oro puro es demasiado blando como para usarse sin temor a deformarlo. Siquiera el más mínimo impacto lo abollaría lo le haría una raya (dureza Mohs = 2,5).
Aunque tanto el Cobre como la Plata también son blandos de por sí, mezclados dan como resultado un Oro más tenaz. Dependiendo de los % de Plata o de Cobre el color final de la aleación adquiere una tonalidad u otra.
La Plata es incapaz de restar el color dorado del Oro por completo incluso si se llegara a saturar hasta más del 50% (tal es el caso de la aleación conocida como Electrum que usaban los Romanos), pero sí se notan sus efectos ya que el color dorado del Oro puro adquiere una tonalidad “verdosa” por la Plata en exceso. El Cobre endurece más y si acaso mejora el color del Oro (algunas personas se sienten particularmente atraídas por el llamado “Oro rosa”) pero al ser un metal “vil” (no-noble) se agrega en pocas dosis. El Oro clásico, amarillo de buena calidad es una mezcla típica de 75 partes de Oro, 20 de Plata y 15 de Cobre, aunque las cantidades pueden variar. Recuerda que no todos los joyeros son honestos (ni siquiera las grandes marcas lo son, ¿cómo podrían serlo los artesanos?) y a veces rebajan más el contenido de Oro siempre y cuando consigan que parezca más alto de lo que realmente es.
Actualmente se añade Zinc a la mezcla ya que mejora las propiedades mecánicas y el brillo resultante, pero personalmente desconfío ya que el Zinc y el Cobre por sí mismos forman un color dorado (el del Latón) que podría disimular el del Oro auténtico.
Si no estás seguro, compra Oro a alguien cuya reputación sea infalible o directamente, no compres Oro y ya. Es todo lo que te puedo decir.
Actualmente y dado que el Oro cada vez es más escaso, se han hecho mil trampas y pruebas para poder conseguir resultados parecidos a los del auténtico con mayor o menor éxito. El problema es que a medida que la población humana aumenta y también se equilibra el nivel de adquisición del ciudadano medio en países desarrollados cada alianza que se usa para una boda (piensa que cada año se casan millones de parejas a nivel mundial) el Oro se vuelve más asequible, por lo que el precio aumenta sistemáticamente e incluso cuando pagas una enorme cantidad es posible que te timen.
Todo esto son conjeturas, claro, lo que intento es avisarte. La enorme mayoría de joyeros son honestos, pero pasa que cuando uno intenta pasarse de listo todo el gremio lo acaba pagando.
A medida que el contenido de Oro va bajando, las combinaciones (o “ligas”) de metales con las que es combinado para hacer la aleación final propiamente dicha va variando cada vez más dependiendo del artesano; no existe un consenso estándar o reglamentario como en las aleaciones de Acero cuya composición química es controlada entre otros organismos por la AISI o la SAE, que pese a ser antiguas parecen bebés recién nacidos cuando comparas la historia de la siderurgia a la de la joyería del Oro. Las “fórmulas” con las que se hacen las mezclas o “ligas” de metales de Oro y en menor medida, Plata, son ancestrales y han pasado de padre a hijo durante milenios (literalmente). Cada “escuela” sigue su procedimiento, y en última instancia cada joyero elige la combinación que mejor resultado le de. No digo que esté mal o que esté bien, tan sólo te informo.
El grado de 14k es el más popular en Estados Unidos y se considera “Oro medio”, si bien las mejores joyerías tienen catálogos que abarcan desde el 18 hasta el 9. Los grados más bajos son de preferencia para fabricar el llamado “Oro blanco” ya que permiten la adición de metales blancos como el Paladio, la Plata, el Níquel, el Manganeso, el Zinc e incluso el Estaño o Bismuto. Se prefiere el Paladio y la Plata ya que ambos son nobles (y justifican, también, el precio de la aleación) aunque los resultados obtenidos con Níquel son mejores, éste metal causa alergias en algunas personas y por tanto o se usa en pequeñas dosis o directamente no se hace uso de el.
El Manganeso blanquea tan bien como el Níquel o más, pero consigue un acabado más opaco, si cabe, y es el metal más reactivo de entre los que se pueden elegir para cumplir dicha función.
El Oro no es fácil de blanquear, se necesitan % muy altos de otros metales para conseguir paliar el tinte dorado característico del metal rey, e incluso cuando ésto se consigue, ni el color ni el brillo resultan del todo atractivos, por lo que se cubren con una capa de Rodio.