TALIO

Nombre: Talio (del griego “Thallos”, literalmente “tallo” en alusión al color verde de la llama)

Símbolo: Tl 

Grupo: 13

Período: 6

Bloque: p

Categoría: Metales de post-transición

Número atómico: 81

Masa atómica: 204,38 u

Electrones por capa: 2, 8, 18, 32, 18, 3

Electronegatividad: 1,62

Densidad: 11,85 gr/cc

Punto de Fusión: 304ºC

Punto de Ebullición: 1473ºC

Conductividad Térmica: 46 W (m·K) 

Conductividad Eléctrica: 6,7 × 10^6  S/m 

Orden Magnético: Diamagnético

Estado Ordinario: Sólido

Estados de Oxidación: +1, +3

Dureza Mohs: 1,2

Dureza Vickers: Sin datos

Dureza Brinell: 26,4 MPa

Isótopos más estables: Tl-203 (29,5%), Tl-205 (70,5%)

Descubridor: Claude-Auguste Lemy, francés (1862) 



No confundir con Tulio, uno de los Lantánidos.


Breve historia del elemento

El Talio fue descubierto en 1862 por el francés Claude-Auguste Lemy, si bien el nombre del metal le es dado por el inglés William Crookes, quien lo aislaría el mismo año que Lemy (1862) aunque más tarde que el francés, quien es acreditado con el descubrimiento (en lo personal, sorprende, teniendo en cuenta la fuerza de Inglaterra en la IUPAC). 

El nombre del elemento viene dado debido al color espectral de su llama: es verde cual tallo de rama, ergo “Thallium” del griego “thallos”, tallo. Para los que hablamos castellano (español) nos resulta fácil comprender el porqué del nombre, ya que usamos una palabra prácticamente idéntica para referirnos a las ramificaciones de los árboles. 

Es un elemento aburrido, poco conocido y de uso muy limitado, entre los que destaca, cómo no, su uso como veneno para asesinatos (se ha usado históricamente para matar personas concretas, justo como el Arsénico, aunque es menos letal). 

Caro y reactivo, el “niño feo” de su categoría. 


Características principales

Como metal del bloque-p el Talio tiene “todo lo malo que podría tener y nada bueno de lo que poder presumir”. Es mecánicamente pobre, reactivo (más que ningún otro metal de su categoría), tóxico y escaso, de color inicial grisáceo opaco que pierde con rapidez. Al metal que más se asemeja es al Plomo, aunque sólo en el aspecto: no tiene ni muchísimo menos la mitad de propiedades que justifican la popularidad del Plomo. 

El Talio es un miembro de la familia de los Pcnitógenos, el grupo del Nitrógeno, pero a diferencia de sus hermanos menores de grupo (13 de la Tabla Periódica) presenta un estado de oxidación predominante de +1. Ésto hace que químicamente se comporte, en cierto modo, como un metal alcalino (algo inusual en su género). Es por ello que el Talio se encuentra a menudo reemplazando a algunos metales alcalinos en sus fuentes minerales típicas (sobretodo al Potasio) y también es la razón por la cual es tan, tan peligroso: al tener un comportamiento químico -similar- al de los alcalinos, es capaz de reemplazarlos y por ende causar estragos en el cuerpo humano. 


Resistencia a la corrosión 

Debido a su estado de oxidación inusual en su grupo, la poca electronegatividad y la facilidad con la que se combina, el Talio es un metal muy reactivo. No extremadamente, pero sí en muy alto grado. El motivo, como antes hemos visto, se debe sobretodo a que químicamente recuerda más a un alcalino que al Indio, su hermano menor directo del grupo 13, del que forma parte. 

No puede mantenerse siquiera al aire libre por períodos prolongados de tiempo sin mostrar signos de corrosión muy avanzados: a diferencia del resto de metales del bloque-p no se mantiene ni en aire seco, por lo que hay que protegerlo sumergiéndolo en aceite mineral. Es atacado por todos los ácidos, excepto el Clorhídrico, que forma en él una capa pasivadora del Cloruro. Curiosamente, ésta sal (el Cloruro de Talio) no se considera del todo tóxica y tiene algunos usos en medicina, aunque no para remediar, qué va, si no para comprobar el estado de salud del aparato cardiovascular. 

El Talio es un metal pesado en los dos sentidos clásicos del adjetivo en un contexto aplicado a metales: es denso y venenoso, más que el Plomo y muchísimo más que el Bismuto. Ésto podría justificar, en principio, su poco uso por razones obvias, pero en realidad no lo hace del todo: incluso si no fuera tóxico, sus propiedades no serían mucho mejores que las de los demás miembros de la categoría, ni su precio subiría tanto como para dotarle de mayor responsabilidad. 


Aplicaciones

Hasta donde me consta, el Talio no se usa en metalurgia de forma deliberada. Esto es, no se agrega intencionadamente, de manera que cuando lo encuentres en alguna aleación probablemente se halle allí como una traza, normalmente de Plomo. Por mucho que se asemeje a un alcalino, no deja de ser un metal pesado. Pesado en el sentido de que es denso, y también en el de que es tóxico, peligroso. 

Como siempre sucede en el caso de los metales que de por sí son prácticamente inútiles, los compuestos del Talio son más importantes que el metal elemental. 

Antiguamente sus sales se usaban como pesticidas, especialmente como raticidas. Sus compuestos son inodoros e insaboros, de modo que son doblemente peligrosos ya que en caso de vertido a una bebida o comida sólida pasarían desapercibidas. Ésto es, desgraciadamente, una ventaja para la mente criminal: conisgue camuflar el veneno de manera fácil y enfermar a multitud de personas sin mayor esfuerzo. Estaba planteándome si escribir acerca de ésto o no, por el miedo personal a manchar mi conciencia en caso de que alguien dijera “obtuve la idea del libro escrito por este señor”... la verdad es que incluso antes de que yo naciera ya se usaba en contra del ser humano por otros seres humanos que no merecerían ser catalogados como tal. 

Paradójicamente, el Talio se usa en medicina. Aún ahora no sé porqué escribo ésto, no es mi campo ni responsabilidad, supongo que para limpiar un poco todo lo negativo que hasta ahora he dicho. 

En el pasado más reciente se usaron sales de Talio menos venenosas para tratamientos cutáneos que iban desde la palicación de la enfermedad conocida como “empeine” la cual es asociada, por ejemplo, con la dermatitis seborreica. Sales de Talio en pequeñas dosis se usaron para el tratamiento de la sudoración fría, la tuberculosis, entre otras. Actualmente es muy extraño encontrarlo en un hospital ya que se han desarrollado alternativas mucho más seguras. 

El isótopo radiactivo Tl-201 se usaba en cardiografía radionuclear para detectar posibles complicaciones a largo plazo en el aparato cardiovascular, concretamente para la predicción de posibles enfermedades en las arterias coronarias. Actualmente se usa el isótopo Tc-99 del Tecnecio, metal que ya hemos estudiado previamente.