PELTRE
Por definición, el peltre es toda aleación con base de estaño en la que éste se encuentre en un mínimo de 88% en masa. En la práctica, cualquier aleación (eutética o no) en la que el estaño sea el principal constituyente puede denominarse como tal, si bien estas aleaciones suelen ser más complejas y no forman parte de la verdadera familia del peltre tradicional. En este apartado repasaremos la historia de la aleación, sus características físicas, químicas, aplicaciones típicas, etc.
Confusión con el nombre
El peltre (del inglés: pewter) es una aleación con base de estaño. El spelter es una aleación de zinc, o simplemente, zinc puro. No deben confundirse.
Breve historia del peltre
Cuando uno piensa en el bronce como símbolo histórico, piensa en la época Greco-Romana. Fue la aleación metálica más importante de su era: con ella se hacían armaduras, estatuas, monedas, etc... virtualmente, era la aleación más común (más que el acero – en su momento una rareza al alcance de muy pocos). Como ya sabrá a estas alturas, el bronce tradicional es una aleación relativamente sencilla de cobre y estaño con relación típica 90:10. En el peltre ocurre exactamente lo mismo, pero al revés (estaño con algo de cobre), con la diferencia de que el cobre no suele superar el 2% en masa.
Empecé este apartado asociando el bronce con el período Greco-Romano para poder explicar el porqué el peltre es intrínsecamente, una aleación “inglesa” en el sentido de que, si bien se utilizó en toda Europa y en el Nuevo Mundo, en ningún otro lugar del planeta adquirió más relevancia que en las Islas Británicas. De hecho, la conquista de la actual Inglaterra por parte del Imperio Romano tenía como objetivo fundamental la explotación de las minas de estaño de Cornualles (inglés: Cornwall), ya que, aunque el cobre era relativamente abundante (se obtenía de varias colonias romanas, entre ellas, Chipre) el estaño era más bien escaso, y sin estaño, no hay bronce. Una vez agotadas las minas más próximas a Roma Capital, la incursión de las milicias romanas en la actual Inglaterra tomó gran relevancia al descubrirse las minas previamente citadas. Minas que por cierto, aún hoy en día, continúan siendo explotadas.
El estaño es uno de los siete metales conocidos desde la antigüedad (mucho antes del nacimiento de Cristo), se utilizaba básicamente para dos cosas. Una, para la fabricación del bronce (cobre+estaño) y la segunda en importancia, para el estañado de otros metales (principalmente plomo y hierro). Aunque se han descubierto objetos de la época romana con composiciones semejantes a lo que podríamos considerar un peltre, la utilización de la aleación en cuestión fue virtualmente nula durante este período, y no adquiriría popularidad hasta que los ingleses la utilizaran en grandes cantidades como substituto de la plata muchos siglos después.
En efecto, el primer uso del peltre explotaba su resistencia a la corrosión y facilidad de fabricación, lustre argénteo, etc, como alternativa más barata a la plata. Familias que no se podían permitir cuberterías y ornamentos de plata encontraron en el peltre su consuelo. No tenía, como es obvio, el caché del metal argénteo, pero era abundante, barato, fácil de trabajar y también de reciclar. Se utilizaba para todo: bisutería, cubertería, para fabricar platos, teteras, piezas ornamentales, estatuillas, etc. El estaño puro es demasiado blando como para usarse para dichas aplicaciones, pero con la adición de pequeñas cantidades de plomo, antimonio, cobre o bismuto, la tenacidad del metal aumentaba lo suficiente como para ser usado en una amplia gama de aplicaciones.
Impera recordar que pese a todo, el peltre no ha sido nunca un metal -estructural- es decir, incluso los grados más “fuertes” de peltre son demasiado endebles como para usarse, por ejemplo, para fabricar cañones, martillos, barras, etc. Téngase en cuenta que el peltre es un metal más bien delicado, y apreciado por su estética y fabricabilidad, no por su fuerza.
Características principales
No existe una composición química de peltre oficial, sino una amplia gama de “fórmulas” distintas para fabricarlo, es por ello que, a pesar de mi disgusto, debo generalizar en este caso.
Aunque las características de cada aleación de peltre pueden cambiar ligeramente, son aleaciones muy maleables, moderadamente dúctiles, resistentes a la corrosión, duraderas y fáciles de fabricar. Se sueldan con facilidad, pueden reciclarse, etc: el estaño es un metal bastante noble, y aunque no es tan abundante como se suele pensar, tiene un precio muy barato y asequible.
Como ya se ha dicho antes, el peltre es una aleación de estaño con cobre, antimonio, plomo o bismuto. Se puede usar un sólo metal, dos, tres, etc... o simplemente, todos a la vez. Es decir, las cantidades varían. Como ya he dicho, no hay una fórmula oficial.
Peltre al plomo
Los primeros peltres se hacían con plomo debido a varias razones; entre ellas la facilidad de su fabricación, el coste del plomo (inferior a otros metales) y su gran tenacidad. Se utilizó durante años en cubertería y piezas relacionadas con la alimentación (ejemplo: tazas, teteras, copas, etc) hasta que se descubrió que el plomo era muy perjudicial para la salud humana (es un metal tóxico). Aún con todo, el peltre al plomo sigue siendo popular en algunos países en vías de desarrollo, si bien es verdad que cada vez se usa menos en aplicaciones relativas al consumo humano directo, debido a la concienciación de la población al respecto de los efectos nocivos del plomo. La cantidad no era fija, pero oscilaba entre un 10-12% de plomo en masa, aunque algunos peltres llegaban hasta el 20% de plomo en masa. Eran los más pesados, y con el paso del tiempo adquirían un tinte azulado (debido a la oxidación del plomo). No confundir el peltre al plomo con otras aleaciones de estaño-plomo como por ejemplo, las utilizadas para soldaduras de contactos eléctricos.
Con el cobre
Es el peltre común más caro (aunque sigue siendo una aleación barata), y uno de los más utilizados. Prácticamente todos los grados de peltre modernos, incluyendo los peltres de combinación estaño-plomo, tienen algo de cobre en masa. Justo como sucede en el caso del bronce en el que el estaño endurece al cobre, el cobre endurece al estaño en porcentajes tan bajos como un 2%. En este caso específico, cuando hablamos de “endurecimiento” nos referimos en realidad a un aumento de la tenacidad, no al de la dureza del metal (resistencia al desgaste) en sí mismo. Son fáciles de fabricar (el cobre se disuelve en estaño fundido), trabajar, moldear, etc. Son peltres aptos para su uso con aplicaciones como cubertería, platería, etc: no son tóxicos.
Con el antimonio
Se agrega entre un 1% y un 10%, pero hay que tener cuidado ya que demasiada cantidad >12% puede volver a la aleación quebradiza. De todos los aleantes agregados al estaño para formar peltre, el antimonio es el que le otorga la mayor tenacidad, esto se traduce en mayor fuerza. Pequeñas cantidades de cobre se añaden para evitar la fragilización de la aleación. Son las más duraderas, tenaces, etc. No es tóxico.
Con el bismuto
Es curioso porque, el bismuto se utilizó antes que el antimonio precisamente para aumentar la tenacidad. El bismuto es un metal parecido al plomo, pero no es tóxico. Es poco duro (en el sentido del desgaste) pero muy quebradizo y frágil, no obstante, aumenta la tenacidad, si bien es difícil de obtener y algo más caro que el cobre. Se utiliza poco, pero tiene mucha calidad. El bismuto es más resistente a la corrosión que el estaño, y es posible que incremente ligeramente su resistencia a la oxidación, conservando el brillo de la aleación durante más tiempo. Debe agregarse en cantidades discretas (>4%) ya que fragiliza la aleación con facilidad.
Con la plata
Una ironía del peltre es que algunos grados especiales llevan algo de plata, la cual es soluble en estaño líquido. Aumenta la resistencia a la corrosión y la tenacidad. Se utiliza como un peltre típico para aplicaciones relativas a la cubertería, fabricación de recipientes, etc. Tiene un mejor acabado que los demás peltres, y es más caro.
Plata Tibetana
Es un peltre de composición inexacta que contiene pequeñas dosis de plata (2%) y algo de antimonio y cobre. Con esta aleación se fabrican los famosos “cuencos sonoros” usados en meditación, aunque se prefiere el bronce debido a su mayor resonancia.
Metales alternativos
El peltre (base estaño) es compatible con los todos los metales del bloque p y los del grupo del cobre (plata y oro) y los del zinc (cadmio y mercurio), aunque no debe confundirse con otras aleaciones de estaño que se utilizan, por ejemplo, como soldadores, es decir, aleaciones para sellar piezas metálicas de bronce u otros metales (ej: Metal de Rose, Metal de Wood).
El Cadmio es beneficioso para el peltre ya que aumenta su tenacidad y resistencia a la corrosión pero es muy tóxico y no se suele utilizar.
El Galio es compatible con el estaño pero no se usa en los peltres porque los “ablanda”, recordemos que lo que se busca es aumentar la tenacidad de un metal (el estaño) ya de por sí demasiado endeble.
El Zinc también es compatible con el estaño, pero parece debilitar la aleación. No se usa.
El Aluminio es poco soluble, se usa poco.
El Indio se usa para incrementar la resistencia a la corrosión, aunque en realidad lo que aumenta es la resistencia a la descoloración. Los peltres con Indio tienen los puntos de fusión más bajos de todos, son caros, pero muy atractivos estéticamente. Conservan bien su brillo. Recién fundidos tienen un lustre argénteo, prácticamente de metal precioso.
El Talio es demasiado reactivo y tóxico, no se usa.
Aplicaciones típicas del peltre
Dependiendo de la composición del peltre, las aplicaciones pueden variar. Los peltres que contengan plomo, cadmio, talio, etc no se utilizan en piezas relacionadas con la alimentación, y deben descartarse para su uso en bisutería, por ejemplo, para la fabricación de pendientes, anillos o colgantes que pueden contaminar a la persona que los utiliza (envenenamiento por metales pesados). Se pueden usar, no obstante, como piezas ornamentales.
Los peltres con cobre, antimonio, plata, bismuto, etc, son seguros y se utilizan ampliamente en diversas aplicaciones que explotan la facilidad de su fabricación; se puede usar como metal “de entrenamiento” para el joyero novato, ya que los vapores que emite no son perjudiciales y es fácil de moldear. Con el se consiguen piezas de gran detallado y calidad, además, se pueden trabajar en frío.
Se fabrican tenedores, cucharas, copas, medallas, crucifijos, rosarios, anillos (sortijas, sellos, alianzas, etc), pendientes, platos, bandejas, estatuillas, juguetes para exposición, maquetas, (como alternativa no tóxica al plomo), etc.
Los antiguos Vikingos lo usaban para fabricar amuletos, concretamente el martillo de Thor (Mjölnir). El peltre es uno de los pocos metales que se pueden trabajar “en frío” debido a su gran deformabilidad. Hay que destacar que pese a su ductilidad, los peltres no son muy maleables en comparación a la plata, pero su facilidad de trabajo es excelente. Sueldan a la perfección, y son 100% reciclables.
Resistencia a la corrosión
El peltre es resistente a la corrosión por aire, agua y substancias orgánicas. Dentro de una casa y con el mantenimiento adecuado y concienciado, puede durar generaciones. En caso de suciedad, puede lavarse con jabón, detergente, etc (son soluciones no muy agresivas) aunque no se recomienda exponerlo a la lejía casera. Intente tratarlo con delicadeza, cuídelo.
Es normal que con el paso del tiempo pierda su lustre, basta con limpiarlo con agua y jabón.
Teóricamente, es resistente en agua de mar, pero no se recomienda.
La resistencia a los ácidos es pobre, no lo exponga al contacto de estos (ya sean oxidantes o reductores). Los álcalis y halógenos también lo atacan.
Miscelánea
El peltre es de gran importancia en el mundo de la magia indo-europea y el folklore ya que su metal base, el estaño, es uno de los siete metales de la antigüedad. Se asocia con los signos Piscis y Sagitario y el dios Zeus (Júpiter). Se le tenía gran estima en la época de los alquimistas, y fue utilizado durante muchos años para fabricar amuletos, ya que al parecer protegía durante los viajes largos, en las guerras etc. Los celtas lo usaban mucho para estos fines. Más tarde, con la incursión de los Vikingos en territorio Británico, la popularidad del metal aumentó.
SOLDER
Metal para soldar. La composición típica es 60:40 para Estaño y Plomo, respectivamente, aunque no es la única. Tienen un punto de fusión más bajo que cada metal por separado, son lo suficientemente dúctiles como para estirarse en hilos bastante delgados, y se venden en cualquier tienda con recursos para el trabajo de reparación técnica en aparatos electrónicos. Es lo suficientemente resistente a la corrosión como para durar décadas y cuando se desgastan, son fáciles de reparar. El alto contenido de Estaño garantiza la conductividad eléctrica justa como para no mermar la conductividad normal del circuito.
En menor medida, se usa ésta aleación para el sellado de piezas de vidrio.