ORO BLANCO
El Oro blanco es toda aleación metálica de lustre blanco en la que éste metal se encuentre en al menos un 37% en masa (Oro de 9 kilates en Europa).
Surje a mediados del siglo XX como una alternativa más barata y fácil de trabajar que el platino, cuando éste comenzó a cobrar popularidad. Debido a su alto punto de fusión y lacra de ductilidad/maleabilidad (en comparación a la plata y el Oro), se creó el llamado “Oro blanco” como alternativa al mismo.
Es una aleación interesante y que genera muchas dudas con frecuencia. En este apartado explicaré detalladamente su historia, método de fabricación, componentes típicos, entre otras cosas.
Introducción
Lo más lógico sería pensar que el Oro blanco es una aleación de Oro y plata. Todo joyero sabe que el cobre pierde su color rojizo a medida que se aumenta la cantidad del metal con el que sea alea, si bien el “poder blanqueante” de cada metal varía mucho. Mientras que una aleación típica de latón (cobre+zinc) en la que el zinc alcance el 40% sigue siendo de color dorado, basta con un 20% de níquel para otorgar al cobre un lustre blanco único, distinto incluso al del propio níquel puro. En el caso del manganeso, la cantidad requerida es incluso menor: 18%, sin embargo, ningún elemento químico blanquea al cobre tanto como el arsénico. Un bronce arsenical con un contenido de arsénico del 2% es de un color prácticamente blanco. No obstante, el arsénico ya no se utiliza, debido a su toxicidad.
Con el Oro no sucede lo mismo. Incluso el Oro de ley más bajo (9 kilates) aleado únicamente con plata (la opción más lógica en principio) retiene parte de su tono dorado, resultando en un color final no muy agradable, opaco y de un toque “verdoso” que no se utiliza en joyería.
ELECTRUM
Ya antes de Cristo, en la Antigua Roma se conocía una aleación de Oro y plata conocida como electrum, cuya composición química estándar es 1:1 para cada metal. Su color no es muy vistoso, y poco brillante. Digamos que simplemente, no tiene el atractivo que se busca en estos casos. La plata, a pesar de su excelente compatibilidad con el Oro, no es el blanqueante ideal.
Desmontando el mito del Oro blanco. Baños de Rodio, Rutenio y Platino
La clave del Oro blanco es el caché. Es más que nada, un símbolo de elevado status social. Obviamente, es una aleación netamente superior en ese aspecto a la plata esterlina, pero... ¿sabe usted realmente lo que tiene en el dedo, en la muñeca o en el cuello? Incluso el mejor Oro blanco es una aleación poco lustrosa, por lo que se bañan con otros metales del grupo del platino para reforzar su lustre, no obstante, este proceso es perfectamente aplicable sobre un metal ordinario, como por ejemplo, el bronce. Sí, no ha leído mal. Bronce. Yo mismo he tenido anillos de cobre bañados en rodio que, de no ser por la diferencia de densidad entre el cobre y el Oro, a simple vista lucirían exactamente igual, por una sencilla razón: lo que usted está viendo es un revestimiento.
Cualquier metal usado en joyería puede caparse con una solución de rodio. El metal se aplica diluído en una solución química que se aplica a modo de película superficial sobre el metal “desnudo” original mediante electro-deposición, en otras palabras, es un baño puro y duro, como el estañado, el cromado, el niquelado, etc... no tiene nada de especial, más allá del altísimo precio del rodio. Entiendo que el cliente admire el Oro blanco, etc... conozco personas, en su mayor parte mujeres, que muestran un gran interés por esta aleación, pero como ya he dicho previamente, lo que usted ve cuando aprecia el lustre de una joya de Oro blanco es en realidad un baño (normalmente de rodio) que cede con el paso del tiempo.
Personalmente, nunca compraría Oro blanco. Si es por el color, prefiero la plata. A nivel histórico y como símbolo, tiene mucho más recorrido.
Si tuviese el capital suficiente, compraría platino.
El Oro blanco es un engaño. Es Oro, pero es un engaño.
Aleaciones típicas
Aunque los metales mencionados a continuación son los usados con más frecuencia, virtualmente cualquier metal (a excepción del cobre, claro) compatible con el Oro puede usarse como blanqueante.
Con el níquel
Al principio, la mezcla se intentó con níquel en una relación Oro – Níquel de 90:10. El níquel es un metal muy bueno para fabricar Oro blanco debido a que aumenta su tenacidad, dureza y sobretodo, le confiere un color blanco superior al conseguido con la plata. No obstante, se estima que dos de cada diez personas son alérgicas a este metal, y por lo tanto no suele usarse actualmente. Si el cliente no presenta reacciones alérgicas al metal, puede usarse sin ningún tipo de problema. Como todas las aleaciones de níquel, es de gran calidad. Personalmente, lo recomiendo.
Con el zinc
El zinc es otro agente blanqueante muy conocido, pero su poder blanqueante es como el del estaño, muy bajo: se requiere de mayor cantidad en masa de zinc que de níquel para conseguir el tono adecuado, el color resultante suele ser igual de vistoso que el apreciado con la mezcla de níquel. La combinación de plata y zinc o níquel y zinc suele ser la más utilizada a día de hoy en la joyería española.
Con el manganeso
El manganeso es un poderoso blanqueante. Es posible utilizarlo para hacer Oro blanco de calidad, si bien no se suele utilizar mucho por la poca disponibilidad del metal en estado puro y su poco caché. Es un blanqueante poderoso, como el níquel, pero no provoca reacciones alérgicas. Una mezcla de manganeso – zinc es una buena alternativa a la previamente descrita.
El manganeso aumenta también la resistencia al desgaste.
Con el paladio
El Oro blanco más fino se hace con paladio, pero es muy caro y sólo algunos joyeros lo producen. En España es difícil encontrar un artesano que trabaje con paladio, ya que es difícil de trabajar; tiene un punto de fusión muy alto y es en comparación al Oro y la plata un metal escaso, extraño de cara al público, poco conocido. Cabe reseñar que el elevado precio de este metal se fundamenta precisamente en su uso como blanqueante en la producción del Oro blanco.
Metales alternativos
Se puede usar estaño, indio, bismuto (en pequeñas cantidades), platino e incluso hierro o cobalto para blanquear al Oro, pero son aleaciones muy raras, de poca calidad.
El estaño blanquea poco: sólo se usa para aumentar la fusibilidad en caso de que la aleación resultante (ejemplo: con manganeso) sea demasiado “fuerte” como para tallarse/gravarse con facilidad.
El indio genera un color similar al del estaño. Es un color blanquecino “sucio”, desagradable, no se utiliza.
El bismuto es un blanqueante poderoso pero la solubilidad en el Oro es muy limitada. No se recomienda.
El platino puede usarse en pequeñas cantidades. Sobre el 10% en masa, la ductilidad desaparece y la aleación se vuelve frágil. Irónicamente, el Oro blanco nació como una imitación de este metal.
El hierro y el cobalto son solubles en Oro fundido (aún estando en estado sólido) pero no se utilizan para fabricar Oro blanco propiamente dicho, sino otros grados “coloreados” de este metal. Con el hierro se produce el llamado “Oro azul”, mientras que con el cobalto se produce una aleación de color negro mate luego de un proceso controlado de oxidación inducida, sin embargo, es difícil de producir.
Métodos de fabricación
Al igual que el amarillo, el Oro blanco se fabrica con relativa facilidad. Describiré detalladamente los métodos en acordancia a los aleantes usados.
Para fabricar Oro blanco original (22k)
Es la fórmula original, afortunadamente no está patentada por lo que puedo describirla al detalle. Se usa Oro puro con un 10% de Níquel, esto es 90% de Oro en masa, aproximadamente 21,6 kilates, pero como debemos redondear, se acerca más al 22 kilates. Es una aleación tenaz, dúctil y maleable de color blanco opaco. Se puede agregar algo de Cobre para aumentar la ductilidad. La Plata no se recomienda porque es incompatible con el Níquel.
Para fabricar Oro alto (18k) y Oro medio (14k)
Es recomendable fundir el Oro primero y agregar los aleantes después. El zinc puede agregarse en estado sólido debido a su bajo punto de fusión, aunque desprenderá vapores (no son tóxicos). El níquel tiene un alto punto de fusión, pero es soluble en Oro líquido, aún si se ha agregado sólido. El manganeso se agrega directamente (sólido) por una sencilla razón: no se debe fundir aparte, nunca.
Para oros bajos (9 y 10k)
Dado que la cantidad de metales aleantes será mayor a la del Oro se recomienda fundirlos juntos, pero en un crisol independiente, y luego agregar el Oro (puede ser sólido).
Combinaciones específicas
Antes de añadir los metales, pesarlos por separado para la correcta fabricación de la aleación:
Con níquel, níquel – zinc o zinc sólo
El níquel tiene un punto de fusión alto, el zinc, moderado. Se pueden agregar de tres formas:
-Sólido:
Usar níquel (sólo o con zinc) de alta pureza en forma de barritas, alambres, virutas, etc. Evitar usar los metales en polvo, ya que son reactivos y puede responder violentamente en caliente. Con los metales en su forma sólida no existe este peligro. Se agregan lentamente y se remueve todo, disolviéndolos en el Oro y se vuelve a agregar, repitiendo la operación. Agregar gradualmente.
-Líquido:
Para oros bajos (9k) en los que se utiliza mucha cantidad, se recomienda fundir aparte una aleación maestra de níquel – zinc en un crisol independiente y luego agregar el Oro (puede ser sólido).
-Mezclado en forma de gránulos:
Unir el níquel/zinc y el Oro a fundir en un único crisol y calentar hasta que comience la fusión. La aleación comenzará a tomar cuerpo antes del punto de fusión del Oro (sobre los 1000 Cº). Se recomienda para oros bajos (9, 10 y 14k).
Con manganeso
Comparado al níquel y al zinc, el manganeso es muy reactivo y aunque puede usarse en bajas dosis para el Oro alto de 18k, recomiendo usarlo siempre en compañía de níquel, zinc, o bien ambos metales. En todos los casos, se requiere de una aleación maestra previa de níquel – manganeso, zinc – manganeso o bien níquel – zinc – manganeso. También se puede agregar manganeso puro (sólido) a la aleación en estado candente, ya que entrará en fusión con facilidad.
Aleación maestra previa
Fundir zinc, níquel o una mezcla de ambos en un crisol independiente y agregar el manganeso, removiendo periódicamente. Añadir luego al Oro líquido.
Con paladio
El punto de fusión del paladio es alto. Recomiendo añadirlo directamente al Oro candente y remover. Puede usarse algo de plata, zinc, níquel o incluso estaño para facilitar la fusión. El níquel en específico tiene una gran afinidad por el paladio ya que son de la misma familia. La plata no es recomendable ya que sorprendentemente, no aumenta la ductilidad. El Cobre sí. Otra curiosidad es que el Cobre no afectará al color final.
Una alternativa con este metal es fundirlo en Níquel líquido y luego agregar al Oro líquido.
Composiciones típicas
Para el Oro de 22k
De 24 partes:
Oro, 20-22 partes
Níquel, 4-2 partes
y también, para mayor ductilidad:
Oro, 20 partes
Níquel, 3 partes
Cobre, 1 parte
Para el Oro alto (18 kilates)
Después de la aleación anterior es el Oro blanco más difícil de lustrar ya que a mayor cantidad de Oro, más “amarillenta” quedará la aleación, si bien no importará porque en al fin y al cabo, la pieza será capada con rodio, rutenio o platino incluso, de ser necesario.
De 24 partes:
Oro, 18 partes
Níquel, 4 partes
Zinc, 2 partes o bien,
Zinc 1 parte, Manganeso 1 parte
Oro, 18 partes
Zinc, 4 partes
Manganeso, 2 partes
Oro medio de 14k
La combinación más popular en España es con Zinc y Plata. El Níquel no se suele usar ya que aumenta demasiado la tenacidad de la pieza y la hace difícil de trabajar.
De 24 partes:
Oro, 14 partes
Plata, 4-10 partes
Zinc, 4-10 partes
La suma de la Plata y el Zinc debe dar como resultado 10.
Se puede añadir un poco de Cobre para aumentar la ductilidad, aunque no se recomienda a menos que se use Níquel en lugar de Plata. El Níquel es compatible con el Zinc pero no con la Plata, tenga esto en cuenta.
Oro bajo (9k)
Es el Oro más bajo y uno de los más populares, pero tenga cuidado con el precio. Recuerde que por peso sólo es aproximadamente 37% de Oro puro, los demás metales, a excepción del Paladio y la Plata, son escoria en comparación. No obstante es prácticamente imposible saber si la aleación fue hecha con Paladio o en su lugar con Zinc/Níquel/Plata por lo que la decisión es complicada, no deje que le timen. Por este tipo de cosas es que me disgusta tanto el “Oro blanco”.
De 24 partes:
Oro, 9 partes
Plata, 5-15 partes
Zinc, 5-15 partes
La suma de la Plata y el Zinc debe hacer 15 partes. La Plata es más noble pero blanquea menos que el Zinc. El estaño también puede utilizarse pero blanquea muy poco. El manganeso es compatible con la Plata y el Zinc pero el Níquel sólo con éste último, con la Plata no se alea, evitar la mezcla de estos dos metales.
Alternativas:
De 24 partes:
Oro, 9 partes
Plata, 5-15 partes
Zinc, 5-15 partes
Manganeso, 2-8 partes
Usar el Manganeso con cautela ya que es un potente endurecedor, si bien blanquea perfectamente.
Revestimientos
No importa qué fórmula se utilice para fabricar el “Oro blanco”, ninguna se parecerá al Platino. Hasta el acero de joyería 316L brilla con más fuerza. El Oro es Oro porque es amarillo, esa es su belleza, su nivel simbólico. No intento fastidiarle el negocio a ningún joyero, sólo le estoy advirtiendo: lo que usted admira es un -Revestimiento-
El Oro blanco es al Platino lo que la Alpaca es a la Plata o lo que el Latón es al propio Oro. Siempre una alternativa más barata o simplemente más fácil de fabricar.
El “Oro blanco” es una aleación de Oro opaca bañada con otro metal que le confiere un gran lustre. A saber, Rodio, Rutenio, Paladio, Platino, etc...
Pero no deja de ser un -baño-, un -capado-. Espero haberlo dejado claro.
Cuando dicha capa se gasta, hay que volver a “revestir” la pieza.