ALEACIONES DE COBRE-NÍQUEL (CUPRONÍQUEL)


El Cuproníquel es por definición una aleación con base de Cobre en la que el Níquel se encuentre en un mínimo de 10% en masa, o bien sea el aleante principal, sin embargo, no existe una única composición. Si la presencia de otros aleantes (ejemplo: Zinc, Estaño, Aluminio, etc) es particularmente alta, entonces estamos hablando de un Bronce al Níquel; no son lo mismo. 


Diferencias del Cuproníquel con otras aleaciones que contienen Cobre y Níquel

El Cuproníquel de calidad sólo contiene Cobre y Níquel con pequeños porcentajes de otros elementos que se agregan deliberadamente, como por ejemplo el Manganeso para evitar la oxidación integranular en el momento del fundido, u otros que entran a modo de residuo en la masa líquida y son evitados a toda costa, por ejemplo el Azufre, el Oxígeno, el Fósforo, etc.  

Hay cinco grados de Cuproníquel, ninguno de ellos registrados como marca comercial.

La composición en todos los casos es sencilla: como ya he dicho, se trata de una mezcla de Cobre con Níquel: estos metales son 100% compatibles y miscibles entre sí a cualquier volumen, lo que significa que la cantidad de Níquel en el Cobre y viceversa puede ser tan baja como un 0.01% o tan alta como un 95%, no obstante, si el Níquel es el metal base (por definición, el más abundante en masa) la aleación no podrá ser calificada como Cuproníquel, sino como una aleación especial (el ejemplo más conocido es el Monel). 

Tampoco son grados de Cuproníquel las aleaciones Cobre + Níquel + Zinc. Esta combinación de tres metales recibe el nombre de Alpaca, o bien Plata alemana. Otros nombres son “Plata de hotel”, “Plata de imitación”, etc. Se parecen mucho, pero son diferentes. No deben confundirse. 


Breve historia de la aleación

Llega a Europa a través de los mercantes Europeos que la traían de China mucho antes de que el Níquel (metal) fuese descubierto como elemento químico en el viejo continente, antes incluso del descubrimiento de América por parte de los españoles. En China se llamaba “Pai-Tong” que significa literalmente “Cobre Blanco”; se pensaba que era un elemento químico nuevo similar al Cobre, aunque no se sabía cuál exactamente. Al obtenerse de las mismas minas en donde era explotado el Cobre, la confusión tomó lugar al presentar tantas características similares entre sí: en efecto, el Cuproníquel es una aleación nativa, es decir, se puede encontrar de forma natural, justo como pasa con las combinaciones Hierro – Níquel encontradas en los meteoritos férricos, la alta afinidad del Cobre por el Níquel permite que ambos metales aparezcan de la mano en muchos casos, por lo que, en el momento de su fundición, se crea una mezcla blanquecina, más dura y fuerte que el Cobre puro, con una resistencia a las manchas (corrosión por azufre) muy superior. 

El “Pai-Tong” caló especialmente en países como Alemania, donde fue aclamado por su excelente combinación de propiedades. Tenía un precio entre el Cobre y la Plata; se utilizaba para cubertería, como metal para ornamentos, bisutería, etc. Años más tarde, se descubiría el Níquel (como elemento puro), y a partir de entonces comenzaría a ser ligado con el Cobre de forma deliberada para obtener el primer “Cobre Blanco” Europeo. 

El nombre original del Níquel en Alemania y los Países Nórdicos (Suecia, Noruega, Dinamarca, etc) es Kupfernickel. Kupfer significa Cobre, mientras que Nickel hace alusión al hecho de que se pensaba que un duendecillo o pequeño ente mágico propio del folklore substituía el Cobre de alta calidad (Cobre rojo, sin mezclar) por uno blanco que era más difícil de trabajar, menos dúctil y maleable. Es precisamente debido a la terminación “Kupfernickel” de donde proviene la terminación castellana “Cuproníquel”, nótese la similitud entre ambas definiciones. 

En algunos lugares de Alemania, el Níquel elemental se continúa llamando “Kupfernickel” (su nombre original) no obstante y para evitar confusiones, se ha acortado el nombre a Nickel (como en todos los países de habla anglosajona) para no confundir la aleación Cobre – Níquel con el Níquel puro. 

El “Kupfernickel” pasaría pronto de ser considerado una rareza obtenida exclusivamente de Oriente a ser fabricado masivamente en Europa como alternativa a la Plata. Más tarde, la inclusión de Zinc en la fórmula estándar Cobre + Níquel daría lugar a la llamada “Plata alemana”, la Alpacca. Mucha gente no lo sabe, pero Alpacca es de hecho, una marca registrada. 


Grados típicos


Cobre, 90 partes, Níquel, 10 partes

De color amarillento “sucio”, opaco. Es el grado más barato debido a que tiene la menor cantidad de Níquel en masa. Se utiliza poco, aunque es resistente en agua de mar. 


Cobre, 85 partes, Níquel, 15 partes

De color blanco con un leve tono amarillento. Es aún más rara de encontrar que la anterior.


Cobre, 80 partes, Níquel, 20 partes

De color blanco con un levísimo toque azulado, se utiliza para fabricar monedas. Es una alternativa más barata al Cuproníquel “estándar”. Se encuentra en los discos exteriores de las monedas de dos euros. Es muy resistente a la corrosión, y no pierde su lustre en circunstancias normales. La composición Cobre 80, Níquel 20 tiene la peculiaridad de ser más “blanca” que el Níquel puro. 


Cobre, 75 partes, Níquel, 25 partes

El Cuproníquel por definición. Es el grado más tenaz y resistente a la corrosión, muy duradero y polivalente. La resistencia en agua marina es excelente, incluso durante décadas de exposición ininterrumpida bajo o fuera del agua. Se utiliza para fabricar los “nickels”. Monedas de cinco céntimos Estadounidenses, cuya fórmula no ha cambiado desde finales del siglo XIX a excepción del período de la Segunda Guerra Mundial, en la que se reemplazó el Níquel por una mezcla de Manganeso y Plata, fácilmente solubles en Cobre. Debido a la demanda del metal, se ha dicho que el Gobierno Federal de este país ha intentado buscar una alternativa más barata para fabricar estas monedas. Recordar impera que el Níquel es un metal absolutamente indispensable en tiempos de guerra, tanto así que se prefiere usar la Plata de ser necesario.  


Características principales

Son aleaciones típicamente blancas en apariencia, no muy brillantes (son opacas), fácilmente fusibles y soldables, muy resistentes a la corrosión (más que cualquier aleación con base de Cobre), tenaces, dúctiles y maleables. Se pueden forjar, extrudir, maquinar, bobinar, etc. Son 100% reciclables, no magnéticas, de estructura gamma (austenítica) muy polivalentes. 

Dependiendo de la cantidad de Níquel se consiguen aleaciones de distinta tenacidad, lustre y resistencia mecánica. La composición más utilizada es Cobre, 75 partes, Níquel, 25 partes. Se utiliza como metal monetario (en susbtitución de la Plata) debido a su gran parecido en el lustre, enorme resistencia a la corrosión, facilidad de fabricación (puede troquelarse, estamparse, etc). 

Es una aleación muy tenaz, dúctil y maleable. La resistencia a la corrosión es excelente en medios reductores y álcalis: en agua de mar es prácticamente inerte. Ni siquiera el mejor grado de Acero Inoxidable responde mejor que el Cuproníquel ante la acción corrosiva del Agua Marina, tanto en exposición intermitente (dentro y fuera del agua) como debajo de ella durante períodos indefinidos de tiempo: no presenta daños importantes incluso a largo plazo. El Ion Cloro (Cl) no puede atacar al Cuproníquel debido al alto contenido de Cobre, mientras que las sales alcalinas (con base de Sodio, Magnesio, etc) son repelidas por el Níquel. Es una aleación muy resistente al Agua de Mar, de más está decir que la resistencia al Agua Dulce es incluso mejor. Una característica importantísima del Cuproníquel es que no permite la formación de bacterias sobre su superficie, debido al alto contenido de Cobre, que es un bactericida natural (en inglés este fenómeno se denomina biofuling o biofueling). Las bacterias que normalmente “comen” hierro, no pueden germinar sobre el Cuproníquel debido a la alta presencia de Cobre, aunque sí lo harían con el Níquel puro. 

En ácidos oxidantes sufre mucho (ejemplo nítrico, sulfúrico concentrado, etc) por lo que no debe usarse en este tipo de aplicaciones. La resistencia en ácidos reductores (incluso en el fluorhídrico -diluído-) es muy alta. 

Cuando se corroe, suele presentar una coloración típicamente verdosa, o verde-azulada. Obedece a la formación de sulfatos/uros sobre la superficie del metal. Se pueden limpiar con facilidad (agua y jabón o agua y detergente). 

El precio del Cuproníquel es alto en comparación a otras aleaciones comunes, como por ejemplo los aceros inoxidables AISI 304 y AISI 316L, pero inferior a otras aleaciones de élite, de difícil fabricación como por ejemplo el Hastelloy, el Incoloy, etc... Normalmente el precio de la aleación bruta depende del contenido de Níquel, que es más caro que el Cobre, un metal ya caro de por sí en comparación al Hierro, Aluminio, Zinc, etc...


Usos típicos

Se utiliza para fabricar monedas, cubertería (aunque se prefiere el acero inoxidable) piezas mecánicas altamente resistentes a la corrosión, especialmente por agua de mar: tornillos, válvulas, tuercas, juntas, intercambiadores de calor, tuberías, rodamientos a bolas/rodillos, etc.

En plantas desalinizadoras, para la producción de sal de mesa (NaCl).

En la industria química para el procesamiento de substancias corrosivas que no pueden ser manipuladas con acero inoxidable debido a la debilidad de éste por el Cloro y sus derivados, halógenos diluídos, álcalis en caliente, etc. Como catalizador.

Otra de sus ventajas es que no se fragiliza a temperaturas bajo cero, cosa que en los aceros no austeníticos es un gran inconveniente. 


Precauciones

A pesar de su resistencia a la corrosión, no deben tomar contacto con el cuerpo (bisutería o joyería alternativa) debido al alto contenido de Níquel, que puede provocar alergias (sarna del Níquel) y a que el Cobre forma sulfatos con facilidad. En medicina no se utiliza. No se debe utilizar sobre el cuerpo. 


Miscelánea

Debido al alto precio del Níquel, se suele reducir su contenido en favor de la adición de Zinc o más raramente, Manganeso. No son igual de resistentes a la corrosión ni tienen su tenacidad, pero son más baratas y accesibles. La Alpacca es más dúctil y maleable que el Cuproníquel típico, y es más popular en bisutería. Con ella se pueden conseguir piezas de gran acabado. Yo mismo soy testigo de esto. Una vez, estando en una feria medieval en Coruña, visitamos a unos Andaluces que me enseñaron el arte de la filigrana, herencia cultural del período arábico del sur de la Península. Son trabajos de extraordinaria belleza; la aleación se usa mucho porque es más fácil de trabajar que el Cuproníquel y también es más barata. A simple vista, parece Plata (metal). Se fabrican Tiaras, colgantes, pulseras, piezas ornamentales, etc. Es muy popular.

En España y otros países de Europa el Cuproníquel no siempre se utilizó para monedas, muchas veces, la composición química incluía grandes dosis de Zinc en lugar de Níquel debido a razones de coste y escasez. El color de estas aleaciones, frecuentemente llamadas Alpaccas o simplemente Platas alemanas es muy similar al Cuproníquel, y muestran gran resistencia al agua marina. 

El Zinc mejora la ductilidad y maleabilidad pero no tiene el poder blanqueante del Níquel, sin embargo, se alea con facilidad. Una combinación típica podría ser Cobre, 70 partes, Zinc, 20 partes, Níquel, 10 partes. Como se puede apreciar, es mucho más barata que el Cuproníquel de Cobre 75 partes y Níquel, 25 partes, pero se le asemeja mucho. 

Con el Manganeso las aleaciones también son posibles. Tiene la ventaja de blanquear mucho más que el Zinc, aunque es poco resistente a la corrosión y son difíciles de estampar. Existen aleaciones muy complejas que incluyen pequeños porcentajes de Aluminio, Estaño, etc... pero no se utilizan mucho para fines monetarios. 

Durante la Segunda Guerra Mundial el Gobierno de Estados Unidos retiró las monedas de cinco céntimos (apodadas “nickels”) que contienen un 25% de este metal para fundirlas y utilizarlo para fines armamentísticos (aceros especiales y aceros inoxidables de altas prestaciones, superaleaciones, imanes, etc) y se creó una aleación Cobre – Plata – Manganeso que tenía un color idéntico al Cuproníquel original y se utilizó hasta el final de la Guerra en 1945. Estas monedas son muy coleccionables, y aunque tienen poca plata, se pueden pagar por un alto precio debido a su importancia histórica. Una vez acabado el conflicto gubernamental, el Níquel reemplazó a la combinación Plata – Manganeso y volvió a ponerse en circulación hasta nuestros días (Enero de 2016). 

Como ya he mencionado antes, el Gobierno Estadounidense ha intentado buscar una alternativa más barata, y personalmente creo que la encontrarán pronto, sino lo han hecho ya. Es bastante extraño que no se haya retirado el metal de su repertorio monetario, teniendo en cuenta su precio y demanda. 


Plata Alemana (Alpaca)

La Alpacca, también llamada Alpaca, Argentán, Albata, Plata alemana, Plata de Hotel, Plata de imitación, Plata Níquel, entre otros nombres, es una aleación de Cobre – Níquel – Zinc patentada en Alemania en 1824/1825 (fecha discutida) por el fabricante alemán Berndorf que la registró como resultado de un concurso que tomaría lugar en este país un año antes para crear una aleación lo más parecida posible a la Plata pura, siendo los hermanos Henninger los ganadores del evento.

En su momento causó furor ya que a simple vista era (y todavía es) idéntica a la Plata pura, siendo difíciles de distinguir por un inexperto. Aunque existen muchas variantes, la composición -estándar- es Cobre, 60 partes, Níquel, 20 partes, Zinc, 20 partes. 

El éxito de la “Alpacca” de Berndorf fue tal que pronto cobró gran fama por toda Europa. Quizás a día de hoy sea más difícil de entender el porqué de su éxito, pero pongámonos en situación: apenas ha comenzado la Revolución Industrial, la burguesía comienza a emerger como la fuerza dominante social, el mundo está cambiando y el hombre que se forja así mismo y labra su propio camino acaba de nacer. El capitalismo abre las puertas de las grandes ciudades a los granjeros que durante siglos no han conocido más alternativa que el trabajo puro y duro; se fomenta la investigación y el desarrollo en toda Europa. En Inglaterra, las familias que no podían permitirse cuberterías del preciado metal blanco comenzaron a usar Peltre en su lugar; pero los alemanes habían ido un paso más allá. 

Ya desde antes de los tiempos de la colonización de las Américas, se importaba de la Indias y de China un metal similar al Cobre, resistente a la corrosión y a las manchas a los que los chinos llamaban Pai-tong (“Cobre blanco”); aleación que permanecería como misterio durante nada más y nada menos que tres siglos antes del aislamiento del Níquel por parte de Constredt en 1721, en una época en la que el conocimiento del Zinc elemental era aún pobre, y la química y la alquimia eran muchas veces tratadas como la misma ciencia. Fue en Alemania precisamente y tras el descubrimiento y explotación del Níquel que la combinación Cobre – Níquel cobró importancia: había nacido el Cuproníquel, aún usado en la actualidad. Un siglo más tarde y tras muchos intentos, quién sabe si deliberados o accidentales, la adición de Zinc a la base de Cobre – Níquel aumentó su ductilidad y maleabilidad hasta el punto de habilitar la aleación para su trabajado en frío. Pronto fue apreciada por los joyeros y especialmente aquellos artesanos de bisutería que apenas podían permitirse el lujo de trabajar con Plata pura en una Época muchas veces dolorosa en la que las viejas élites aún retenían virtualmente todo lo material del viejo y el Nuevo Mundo. La introducción de la Alpacca como alternativa a la Plata catapultó a los metalúrgicos alemanes a la cabeza de un proceso de investigación y desarrollo que no se ha detenido hasta nuestros días...

Pronto la llamada “Nueva Plata” sería introducida en el resto de Europa, incluyendo España, y su uso desplazaría en muchas aplicaciones a la Plata original. Claro que, todo hay que decirlo, siempre hubo una parte oscura en todo esto. ¿Quién no hubiese hecho mil trampas y vendido joyas de “Plata” que realmente estaban fabricadas con esta mezcla metálica? Tal era su semejanza con el metal precioso que a simple vista parecían idénticas: de ahí el éxito de la aleación. 

Cabe destacar que, si bien la Alpacca en su momento fue (o es) una marca registrada de renombre, las aleaciones de Cobre – Níquel – Zinc ya eran conocidas desde antaño, si bien el método de fabricación y la composición exacta de las mismas solía variar no solamente según dictase la tradición del país, sino de artesano en artesano: se tiene evidencia del uso de aleaciones que hoy podríamos considerar “Platas de imitación” procedentes de lugares tan dispares como Persia, la India o China, si bien su fabricación era en la mayoría de los casos, accidental en el sentido de que se obtenían por desconocimiento. Hoy en día la Alpacca se sigue usando, aunque en menor medida, probablemente porque el precio del Níquel y el Cobre se han disparado. En cubertería apenas se utiliza desde mediados del pasado siglo en detrimiento del acero inoxidable, más barato y no-alérgico. Recordemos que la Alpacca lleva grandes dosis de Níquel: puede provocar reacciones alérgicas en algunas personas a largo plazo. No se recomienda su uso en joyería a menos que la aleación sea de gran calidad, y la persona que la lleve no tenga alergias reconocidas al Níquel. 


Aclaraciones

La Alpacca propiamente dicha es una composición estándar que se mantuvo como secreto durante décadas, si bien se -asume- que la composición se aproximaba a la previamente descrita: Cobre, 60 partes, Níquel y Zinc, 20 partes cada uno. Hay, no obstante, múltiples variables. Por ejemplo, una aleación de Níquel, 30 partes, Cobre, 50 partes y Zinc, 20 partes también puede ser considerada una “Alpacca”, aunque se prefiera denominarla simplemente “Plata alemana”, es básicamente la misma cosa. La confusión arraiga debido a que “Alpacca” es una (o al menos fue) una marca registrada, es decir, con una fórmula definida por el fabricante. Todas las combinaciones de estos tres metales se parecen, pero sólo la fórmula ideal se asemeja en el color, tono y brillo a la Plata verdadera. Algunas modificaciones no llevan Níquel, sino Manganeso (ya sea por cuestiones económicas o por la citada alergia al Níquel) y sin embargo, se siguen considerando “Platas alemanas”. Otras aleaciones de Cobre que también son blancas, como por ejemplo el Cuproníquel (Cobre + Níquel) o el Bullion (Cobre + Plata) no son Platas alemanas, sino que tienen su propia familia. 


Características principales

En una palabra: lo tienen todo. Son fáciles de fabricar, resisten la corrosión (incluso por agua marina), se pueden soldar fácilmente, son tenaces, dúctiles y maleables, 100% reciclables, no-volátiles, no-tóxicas, y presentan un gran lustre. No destacan por su fuerza; se trata de aleaciones que necesitan resistir la corrosión y mantener su apariencia “joven” durante el mayor período de tiempo posible. Se pueden formar con ella alambres (bobinas), planchas de un fino grosor que luego se martillean para darle forma a esculturas, obras de arte, etc. 

Son germicidas: el alto contenido de Cobre evita la formación y reproducción de microorganismos por lo que se puede usar en componentes para barcos que pasen mucho tiempo debajo del agua de mar o en sitios donde dicha capacidad sea requerida, por ejemplo, para recubrir los pomos de las puertas de un hospital. 

La formación de una capa de óxido protectora de compleja fórmula química fomentada por la alta presencia de Zinc y Níquel previene a la aleación del efecto agresor del Azufre y sus combinaciones, muy afines al Cobre y sus aleaciones tradicionales (Bronces y Latones). Las Platas alemanas son muy polivalentes. El precio es ligeramente alto, probablemente debido a la alta demanda del Cobre y el Níquel que ha incrementado el precio de este tipo de aleaciones. 


Resistencia a la corrosión

Como todas las aleaciones de Cobre son muy resistentes a la corrosión. La presencia de Níquel aumenta considerablemente dicha propiedad. Se mantienen en agua dulce y salada, aire seco y húmedo, substancias orgánicas (alimentos, bebidas), Azufre y sus combinaciones “naturales” especialmente abundantes en ciudades industrializadas (excepto el Ácido Sulfúrico a cualquier concentración), también resisten el sudor, detergentes, jabones, etc: la resistencia a los álcalis y sus combinaciones es muy buena, se pueden usar como cubertería. 

La aleación, no obstante, sufre mucho con las soluciones fuertemente oxidantes. Con los ácidos reductores la reacción es más lenta, pero también ocurre. No exponer a ácidos agresivos. 


Usos típicos

Se lleva usando la Alpacca desde hace más de un siglo como substituto del metal precioso Plata en todas las aplicaciones donde el precio de este metal no esté al alcance del comprador. Con ella se fabrican cuberterías (excepto el filo de los cuchillos – siempre ha sido de Acero y luego de Acero Inoxidable desde su introducción), bisutería: anillos, cadenas, pendientes, colgantes, pulseras, etc; esculturas (normalmente de tamaño reducido debido al precio del Níquel), partes mecánicas no sujetas a grandes esfuerzos, para la fabricación de monedas, medallas y trofeos de imitación en eventos deportivos de todo tipo. Por ejemplo, en la Fórmula 1, se utiliza la Alpacca para fabricar el trofeo entregado a cada piloto del podio, normalmente con un baño de Plata (auténtica) superficial. Esto se debe a que los trofeos se entregan en cada Gran Premio y no se devuelven, sino que pasan a la colección personal del piloto, al menos, teóricamente. 

En los eventos deportivos de gran calado donde se vuelca toda la atención en un trofeo en particular, se suele usar Plata real: La “Orejona”, premio máximo de la Champions League, está fabricada con Plata esterlina, sin embargo, en algunos casos, se pueden encontrar copias no reglamentarias ya sea a demanda de algún cliente en particular o por cuestiones de seguridad (por ejemplo, para exposición durante la marcha del equipo por la ciudad), sin embargo dichas copias están penalizadas y no suelen fabricarse sin el consentimiento del organismo correspondiente. 


Miscelánea

He decidido ayudarle un poco más proporcionándole detalles importantes porque sé de la peligrosidad de los engaños y trampas a los que se ve sometida la gente normalmente por parte de artesanos de baja moral y mala reputación. Además he incluido algunos consejos para su mantenimiento, seguridad respecto a la salud, etc.


Cómo distinguir la Plata real (metal) de la aleación Alpacca (Plata de imitación)

La prueba más directa y “sincera” se la hará un joyero o un metalúrgico con ácidos; dependiendo de la reacción se puede saber rápidamente si es real o no, pero dicho procedimiento puede ser agresivo, ya que conlleva “raspar” la pieza contra un abrasivo para luego verter el ácido. Hágalo sólo si está seguro/a.

Otra prueba es la dureza Mohs, si bien es difícil determinarla y no la recomiendo como prueba lícita.

La densidad también puede tomarse como alternativa, pero al igual que en el caso de la dureza Mohs no es infalible. 

Finalmente aunque no menos importante, la mayor prueba de que es Plata o Alpacca es el color que muestran con el paso del tiempo al corroerse. La Alpacca siempre producirá verdes claros y oscuros, mientras que la Plata verdadera formará una Pátina de color negro. 

En realidad, cualquier platero con experiencia le podrá decir casi a simple vista si se trata de Plata o de una imitación. No es tan difícil de distinguir como parece. 

Hay que tener en consideración también que los objetos falsificados pueden ser revestidos (bañados) con Plata, con lo cual hay que tener cuidado ya que a simple vista parecerá Plata real. Algunos capados son muy leves en grosor y pueden eliminarse con facilidad, pero otros son más gruesos y difíciles de detectar. 


Seguridad

La Alpacca no es venenosa y los platos, calderos, tenedores y cucharas hechos a partir de esta aleación no deberían provocarle ningún tipo de daño. Sólamente en el caso de Platas alemanas de baja calidad en la que la resistencia a la corrosión sea pobre los iones de Níquel pueden migrar hacia su cuerpo y provocarle alergias, aunque se ha demostrado, de nuevo, que la posibilidad de dicha reacción es leve. 


Cómo cuidar la Alpacca

Se limpia con facilidad, basta con agua y jabón y/o detergente normal y corriente. Si la mancha persiste, aplíquese el método utilizado para remover los sulfatos/uros de las aleaciones tradicionales de Cobre: sumerga la pieza en zumo de limón y deje que el ácido cítrico actúe durante una noche. Si la mancha persiste, repita y aclare hasta su total abrillantamiento. 


Apreciación simbólica de la aleación

Si usted tiene un objeto de Alpacca no lo menosprecie como una barata imitación de la Plata pura. Recuerde que tiene su propia historia, y en muchos casos, un valor sentimental. 

Por ejemplo, he visto casos de gente con mucho dinero que aún a día de hoy conservan sortijas y cadenas de Platas alemanas que fueron propiedad de sus abuelos precisamente porque no podían permitirse objetos de Plata. Tenga esto en consideración. En caso de que decida deshacerse del producto no lo tire usted a la basura: véndalo, incluso si roto, el alto contenido de Cobre y Níquel deberá ser recompensado por un chatarrero o incluso un joyero que trabaje con bisutería.