Óxido de Torio, “Toria” (ThO2)


Fórmula: ThO2

Punto de fusión: 3390ºC 

Densidad: 10 gr/cc (exactos)

Solubilidad: Estable al aire y al agua. Se disuelve en medios reductores con lentitud. 


El rey de los óxidos en su especialidad. De no ser porque el Actínido (Torio) que lo compone es radiactivo, tendría más uso a nivel industrial del que ya tiene. Sus características son tan sobresalientes que incluso a pesar de dicho problema sigue siendo, con diferencia, la primera opción en el momento de elegir un dopante de buenas prestaciones para ser agregado a compuestos cerámicos, metálicos o híbridos entre ambos (cermets). 


Propiedades

Como casi todos los óxidos, presenta un color blanco “marmóreo” impoluto en estado puro, duro y muy denso, con un punto de fusión altísimo (3390ºC) que se encuentra entre los materiales más resistentes al calor de cuantos existen. Es el dopante por excelencia, ya que dota a los compuestos donde se agrega mayores índices de resistencia térmica, mecánica y química. 

Se obtiene, como no podría ser de otra forma, mediante calcinación de minerales que contengan al Actínido Torio, el cual es radiactivo y sin embargo, muy abundante. En combinación con “tierras raras” como los Lantánidos y también otros Actínidos de su familia como el Uranio y en menor medida el Neptunio y Plutonio. 


Aplicaciones 

Tiene dos aplicaciones fundamentales, de las cuales sólo una pertenece a la disciplina de la metalurgia, aunque mencionaré también la otra. 

La función de la Toria que no está relacionada con la metalurgia es la de combustible nuclear. La Toria es físicamente más estable que el Uranio y sus combinaciones en todos los sentidos. Aunque radiactiva y tóxica debido al alto contenido de Torio, es considerablemente menos peligrosa que el Uranio, Neptunio y Plutonio. Se procesa en forma de “cápsulas” sinterizadas y compactas que se usan como “baterías” o “combustible nuclear”. La palabra combustible no es muy adecuada, ya que puede dar la idea de que la Toria arde o explota en cierto sentido y así es como se obtiene energía de ella, cosa no es el caso. Como alternativa al Uranio, que es pirofórico (arde al impacto) presenta mayor estabilidad química y física. 

La aplicación de la Toria en metalurgia es de sobra conocida por cualquier soldador que haya trabajado alguna vez con TIG. La soldadura TIG (Tungsten-Inert-Gas) es de las de mayor calidad y emplea sopletes refractorios hechos con el “rey del calor” entre los metales, el Wolframio (Wolframio en Iberoamérica). En las piezas de TIG se dopa a la aleación con Toria para aumentar la ya altísima resistencia al calor, o mejor dicho, a los efectos nocivos del calor extremo en la pieza como son la deformación, crepitación, oxidación a altas temperaturas, et cétera. La Toria aumenta el rango de temperatura admitido por el Wolframio puro, y prolonga su vida útil. Se aplica sobre el 2% por peso en masa, y no es tan peligrosa, como se suele pensar, en éste contexto. Un 2% de Toria no representa un peligro tan alto como podría sugerir el mero hecho de saber que el Torio en sí mismo es radiactivo: aunque más tarde profundizaremos en ello, me limitaré a decir que la mayoría de la gente ve en la radiación una especie de “hombre del saco”, que lo es, sí, pero no en la medida en la que se piensa. Me explico: por supuesto que es peligrosa, pero tenemos que saber diferenciar entre un uso controlado e ínfimo como el de un dopante al 2% en peso en una aleación con base de Wolframio (un escudo anti-nuclear natural) que de hecho está más concentrado en la propia naturaleza que de forma sintética. No obstante y dado que yo no tengo ningún interés en defender esto, me limitaré a finalizar diciendo que la Toria, a pesar de los grandes esfuerzos de los gobiernos y organizaciones gubernamentales adjuntos a los mismos, en general, plantean la eliminación del uso de cualquier substancia radiactiva salvo por las propias centrales nucleares. Todo lo que puedo decir desde mi humildad, que no ignorancia, es que no teman al uso del TIG de alta calidad que se fabrica con Toria, y últimamente con Ceria y Lantana como reemplazo de la misma: en el fondo, cuando se busca fabricar una pieza de máxima calidad, no hay tregua: se sigue usando la Toria como estabilizador del Wolframio y otros metales refractorios similares.